Llueve ligeramente, pero son esas gotas pequeñas y fastidiosas que nadie quiere cuando hace cola para comer un pollo a la brasa. Y, sin embargo, a la gente que espera en la puerta de Don Tito esto no parece importarle. Arropada con casacas y chalinas, se acomoda pegada al muro que descansa sobre la Av. Aviación, pacientemente. Es un lunes cualquiera a las ocho de la noche. Llueve y hay cola en Don Tito. ¿Qué tiene ese pollo que ha logrado captar la atención de los aficionados y convertirse en los más deseados de la ciudad? Para comenzar, si van a la hora correcta del día, llega recién hecho a la mesa. Es entonces cuando se despliega su encanto: alas crocantes, piel crujiente, interior jugoso (incluso la pechuga) e interesante aderezado que encuentra balance y amalgama bien las especias. El tamaño es justo y las papas que acompañan la pieza son caseras y de corte grueso.
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Don Tito ha encontrado el punto exacto de cocción para enamorar al peruano. Y acompaña la faena con un ají y mayonesa caseros que siguen sumándole puntos. La tristeza llega con la ensalada, un poco apagada y sin gracia. Cosa que no se ve cuando vamos más allá de pollo y el pedido se anima a incluir anticuchos. Al ser también parrillada, tiene opciones de carnes y estos clásicos de corazón de vaca llegan de corte intermedio y bastante cocidos. Faltó un poco de fuerza en el marinado, pero cumplieron de manera adecuada su función. La ensalada que los acompañaba, copiosa y fresca, con palta cremosa, hacía palidecer la que venía con el pollo. Aumentamos unos champiñones al ajillo, poco cocidos y algo sosos. Creo que podrían corregirse porque no estaban tan mal encaminados.
Finalmente, incorporamos una crema volteada y un pie de limón. Clásicos también de fuente de soda. Añorados siempre al final de una comilona. En el primero de buena pinta pero hechura fallida. La decepción llegó luego de la primera cucharada que muestra un interior poroso y nada cremoso. El segundo, correcto, con un merengue destacable, tiene para ajustar un poco el limón del relleno y cumple su función, más no encanta.
Pero si a Don Tito se va a comer pollo a la brasa, en eso se encuentra la felicidad. Cuidado, eso sí, cuando lo pidan para la casa: pierde un poco sus virtudes si el trayecto es largo. Si van en cualquier momento del día, esperen al recién hecho. Si van este domingo 21, día del pollo a la brasa, fecha en la que la Asociación Peruana de Avicultura (APA) espera que los peruanos se coman más de un millón, tengan paciencia y pidan ese que sale de las brasas, caliente y crujiente. Es por el que volvemos siempre.
EN DETALLEPuntuación: 16/20Tipo de restaurante: pollos a la brasa y parrilladas. Dirección: Av. Aviación 3096, esq. con Av. San Borja Sur, San Borja. Horario: todos los días del mediodía a medianoche. Carta de bebidas: refrescos, chicha, cócteles. Precio promedio por persona (sin bebidas): pollo entero con papas fritas, ensaladas y gaseosa S/ 68.90, ¼ de pollo con papas y ensalada S/ 18, parrilllada Don Tito S/ 119.90.