La Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) premió esta semana a siete comerciantes de distintos mercados de Lima, que cumplieron una serie de propuestas, planteadas por los organizadores, con miras a mejorar la operación y el servicio que brindan en sus puestos de ventas.
Los siete elegidos fueron los que figuran a continuación:
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Cada comerciante ganador recibió 7 mil soles, que deberá invertirá en su propio negocio.
El jurado que tuvo a su cargo la elección estuvo integrado por los arquitectos Manuel de Rivero y César Becerra, del estudio 51-1; Maricarmen Perea, de Indecopi; Elizabeth Minaya, de Fomin - BID; Luis Ginocchio, coordinador del programa Cadenas Agroalimentarias Gastronómicas Inclusivas; y Angélica Obregón, dueña de cremoladas Angélica.
Participaron en este concurso un total de 600 comerciantes que trabajan en 66 mercados ubicados en 12 distritos de Lima.
BUENA CADENA
“En el Perú hay dos millones de campesinos, por lo tanto hay dos millones de personas que viven de este tipo de comercio y comercializan directamente, en los mercados. Si mejoramos los mercados, el punto de intercambio de ideas y productos mejorará. Estas mejoras llevarán un beneficio a todos los peruanos, considerando que tenemos más de 30 millones de comensales”, indicó Bernando Roca Rey, presidente de Apega, durante la premiación, que contó con la presencia de los 21 caseros finalistas.
Sobre la campaña Casera, Herbert Tassano, presidente de Indecopi, destacó la figura del comerciante en la vida cotidiana del comprador, además de la importancia de las mejoras que propone . “Para todos es grato realizar sus compras donde su casera y acudir a un mercado es una experiencia inolvidable. Con Casera todos salen ganando, consumidores y proveedores. Los primeros reciben una mejor atención y productos de calidad y los segundos tienen la oportunidad de contar con nuevas herramientas para brindar un servicio lo que se refleja en mayores ventas”, afirmó.
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Julia Lucas trabaja en el mercado cooperativo San Pedro, en Chorrillos.
Elizabeth Minaya, representante del BID-Fomin, destacó a su turno que el gran esfuerzo que invierte el 70% de los comerciantes, que son mujeres emprendedoras. “Necesitamos mejorar su calidad de vida y el de sus familias. Son personas que se levantan a las 3 de la mañana y se acuestan a las 11 de la noche, entonces es un trabajo de semi esclavitud que debemos mejorar. ¿Por qué? Porque cada una de ellas va, se abastece, ordena, etc. Si tuviéramos un sistema, una logística distinta, ahorraríamos mucho costo de transacción y eso impactaría en demasía en su calidad de vida. Por lo que se necesita una logística distinta donde el casero sea un empresario, realmente. La principal labor de la casera o casero sea la atención y verificar la calidad de sus productos. El supervisar la logística, es otra labor y no puede hacerlo todo a la vez. Entonces tenemos que dar ese salto”, indicó.
“El espíritu de cambio se evidencia con los pequeños cambios, que a la vez denotan una gran voluntad de avanzar para servir mejor a través de mejores productos, servicios y puestos reflejándose en clientes más satisfechos, y consecuentemente en mejores ventas”, señaló Luis Ginocchio, quien supervisó desde muy cerca este proceso de convocatoria y premiación.