Se dice que una “Berrymanía” está invadiendo Reino Unido. También se escucha que hay un “efecto GBBO” y, mientras, las librerías, supermercados y tiendas de ropa se están regocijando con la nueva afición que invade a Reino Unido: el horneado de panes y pasteles.
Todo se debe a un programa de televisión de la BBC que nadie nunca imaginó que resultaría en semejante éxito: The Great British Bake Off (La Gran Hornada Británica) ahora conocido como GBBO.
Y una de sus principales figuras, Mary Berry, se ha convertido, a sus 79 años, en uno de los rostros más reconocidos, fotografiados, nombrados y admirados del momento.
El periódico The Sunday Times la describe como “un bizcochuelo humano: elegante, clásica, y nunca excesivamente dulce”.
Para otros es la abuela que a muchos nos gustaría tener: “Puedes tener la suerte de contar con una abuela que hornea, o puedes adoptar a Mary Berry para que te enseñe a hornear”, dice Eva Ontiveros, periodista, bloguera y seguidora de Mary desde 1992.
Idea simple
A principios de este mes, cuando la BBC estrenó la quinta serie de Great British Bake Off, más de 7,2 millones de personas vieron el programa transmitido por primera vez en horario de máxima audiencia.
Lo que ha sorprendido a muchos es cómo una idea tan simple ha podido atrapar a millones de aficionados semanalmente: se trata de una competencia en la que doce nerviosos aficionados del arte de hornear demuestran semana a semana sus habilidades en cada uno de los aspectos de la creación de panes, tartas, tortas, bizcochos, pasteles y bollos.
Durante los 12 programas los participantes luchan para no ser descalificados y coronarse como el “Mejor Panadero Amateur de la Gran Hornada Británica”.
La final de la cuarta serie en 2013 atrajo 8,8 millones de espectadores, una de las cifras de transmisión más altas en la televisión británica.
“Vida o muerte”
Entre los desafíos que enfrentan los participantes están hornear una canasta de bollos originales, crear un pastel “Brazo de Gitano”, cocer 36 tartaletas, hacer un pan ciabatta perfecto o mezclar el glaseado ideal para que las cerezas en el pastel de cereza no se hundan en el fondo.
Pero quizás lo que más asombra de GBBO es cómo la expectativa y sufrimiento de los concursantes -que pasan gran parte del programa mirando a través del vidrio del horno si su bulto de masa sube o colapsa- pueden causar tanto nerviosismo al espectador.
Y es que la base de la competencia es la opinión de los dos jueces: el chef Paul Hollywood y Mary Berry, quienes deciden quién pasa a la siguiente fase o queda descalificado.
Hollywood tiene fama por la expresión infranqueable con que recibe cada bocado y su crítica sin concesiones.
Pero la señora, con su aspecto dulce y casi frágil, es igualmente implacable. Al juzgar un pastel de cereza recientemente dijo: “es un gran clásico británico, pero uno que cuesta mucho trabajo hacer bien”.
En una ocasión una crítica cortés de Berry sobre un pastel Brazo de Gitano de naranja y chocolate -“el sabor de naranja es demasiado fuerte y el de la crema es indistinto”- provocó que el concursante que se echara a llorar.
¿Qué tiene Mary Berry?
“Empecé a hornear por ella y con ella”, le dice a BBC Mundo Eva Ontiveros.
“Cuando llegué a Inglaterra yo no sabía hacer pasteles y alguien me dijo que para aprender a hornear necesitaba conocer a Mary Berry”.
“Entonces me regalaron un libro de Mary -que tengo todavía en casa lleno de manchas de mantequilla- y con él aprendí a hornear y sigo horneando”, dice Eva.
Pero el efecto de Mary Berry va mucho más allá de GBBO. La nueva afición por el arte de hornear está teniendo un impacto en las ventas de tiendas y supermercados del país.
El gigante de internet Amazon informó que cuando se estaba transmitiendo el primer programa de la quinta serie, hubo un incremento de más de 1.000% en las ventas de un molde para hornear como el que estaba usando Mary Berry.
En Zara, la tienda de modas, una chaqueta de flores que llevaba la presentadora en GBBO el año pasado se agotó días después de que el programa fuera transmitido.
La cadena de supermercados Tesco indicó que en 2013 vio un incremento de 20% en la demanda de artículos para decorar pasteles, y este año espera un aumento del 40%, todo gracias a GBBO.
A la propia Mary no le ha ido mal: se estima que su imperio de negocios -que maneja conjuntamente con su hija y socia Annabel- vale US$8,3 millones.
Se dice que su casa en Buckinghamshire, Inglaterra, vale US$3,3 millones. Y este año tres de sus libros se han mantenido durante varias semanas en la lista de los 10 más vendidos: “Mary Berry Cooks”, “Cook Now, Eat Later”, y su autobiografía “Recipe for Life”.
“Exigente y trabajadora”
El éxito de Mary Berry no ocurrió de la noche a la mañana. “Las 'masas' la conocieron por la serie -cuenta Eva Ontiveros-, pero los ingleses que son verdaderos cocineros la conocían mucho antes. Porque Mary ha trabajado mucho toda la vida y por eso la gente la respeta tanto”.
“Con toda la vida de experiencia que tiene en la cocina sabes que nunca te va a engañar con sus recetas. Yo confío totalmente en ella y sé que todas funcionan”.
“A mí Mary me ha enseñado a hacer bizcochos, montar nata, hacer pastel de manzana y el punto justo del glaseado. Y además tengo todos sus moldes, batidores, cucharitas, tasas de medir... toda una reserva Mary Berry que espero me dure toda la vida”, asegura.
“Para mí la serie de GBBO es un sueño. Da vergüenza admitirlo en público -sobre todo si tienes pretensiones intelectuales- pero al fin ahora he podido 'salir del armario' y declarar que me encanta hornear y que me encanta Mary Berry”, declara Eva.