Se conoce como estimulación temprana a un conjunto de técnicas de índole educativas que permiten al menor de edad el desarrollo social, emocional y cognitivo, desde sus primeros días de nacido, hasta cumplirse los seis años de edad.
Durante este periodo etario, el infante es una esponja, todo tipo de vivencias y experiencias le permiten formar sus circuitos neuronales, dando pie a que su proceso de aprendizaje sea beneficioso, desarrolla más rápido el lenguaje, fortalece sus habilidades psicomotoras, despierta su creatividad y capacidad de atención, facilita su adaptación social, entre otras características positivas para el infante.
Si bien es cierto, existen especialistas encargados de brindar estimulación temprana a los bebés, son los padres los encargados de hacer la previa y brindar acompañamiento al menor. La tarea a simple vista podría parecer sencilla e incluso darnos la señal de que todo está marchando correctamente. Sin embargo, podríamos estar incurriendo en pequeños grandes errores. Te contamos cuáles son algunos de ellos:
Forzarlo a realizar actividades
A veces confundimos forzar con animar. Hacer que realice actividades para las que aun no se siente listo, como caminar o hablar, en vez de ayudarlo podrías ocasionarle sensación de temor y afectar su seguridad en si mismo. No hay que olvidar que cada niño va a su ritmo y es un universo diferente. Quizá a tu pequeño le tome un poco más de tiempo gatear o pararse, a diferencia de otros niños de su misma edad.
Ubicación del móvil
Este dispositivo permite estimular la visión del bebé desde sus primeros días. Para que cumpla su función, hay que colocarlo en el centro de la cuna a una altura fácilmente visible y accesible para el menor. Si éste se instala muy alto y a un lado de la pieza, perderá su función y ocasionará alteraciones en el cuello del niño.
Correr delante de él
Cuando queremos que nuestros hijos comiencen a caminar con mayor rapidez, solemos jugar a que él no está persiguiendo y cuando está por alcanzarnos nos alejamos rápidamente para que se desplace por otro tramo más. Aunque pareciera un hecho inocente y hasta divertido, podrías estar desarrollando en tu hijo una situación de estrés y frustración.
Respetar sus rutinas
Para que el niño pueda disfrutar y concentrarse durante las sesiones de estimulación temprana, es necesario respetar sus horarios de sueño y de alimentación y no saltarlos por priorizar sus actividades. De lo contrario nos encontraremos con un bebé desganado y fastidiado.
Sentarlo sin respaldo
Sentar a tu hijo sin un apoyo en la parte trasera de su espalda o sobre un cojín, no los ayuda a mejorar su equilibrio. Todo lo contrario, podría ocasionarle un impacto negativo en su postura.
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