La adolescencia es una de las etapas más complejas y fascinantes en la vida de una persona. Este período que abarca desde los 12 hasta los 19 años, se caracteriza por una serie de profundos cambios que llevan a los jóvenes a sumergirse en una constante búsqueda de la independencia y autonomía, mientras se enfrentan a las expectativas y normas impuestas por la sociedad y su entorno familiar. Si bien esta fase puede ser muy estimulante y llena de aprendizajes, también puede generar incertidumbre y ansiedad, no solo a los adolescentes, sino también a los padres.
En definitiva, para los adultos, la adolescencia de sus hijos puede parecer un campo minado desde una perspectiva emocional, ya que, en ocasiones, aquellos niños que una vez fueron cercanos y abiertos con sus padres, a medida que van creciendo pueden volverse más distantes e incluso desafiantes. Por lo general, la comunicación que solía ser fluida, empieza a tornarse tensa y casi inexistente; no obstante, este distanciamiento no siempre es sinónimo de rechazo hacia los padres, sino que forma parte del proceso natural de independencia que los adolescentes necesitan para seguir trabajando en su desarrollo personal.
Aunque esta nueva dinámica puede desconcertar a muchos padres, lo cierto es que también ofrece una oportunidad única para reconectar con los hijos, pero de una manera más madura y respetuosa. Por esta razón, Hogar y Familia conversó con algunos especialistas, quienes ahonda un poco más en esta reconexión que permite tender puentes entre generaciones, con la finalidad de establecer una relación más sólida y duradera que logra perdurar en la vida adulta.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los padres al intentar mantener una conexión con sus hijos adolescentes?
Sin duda, uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan la gran mayoría de padres, suelen ser los cambios hormonales y emocionales en los adolescentes, por lo que encuentran difícil navegar por estas fluctuaciones. Como señaló Johanna Herrera, psicóloga del Centro de Desarrollo Humano Zueh, esta etapa marca la transición de la niñez a la adultez, en la cual los jóvenes están tratando de descubrir quiénes son y aceptar cómo se ven.
“Es fundamental saber que, en la adolescencia la corteza prefrontal aún no está del todo desarrollada, ya que es una de las últimas áreas en madurar. Por ello, debemos tomar en cuenta que al ser la responsable de habilidades, como planificar, establecer prioridades, tomar decisiones y, sobre todo, gestionar las emociones y controlar los impulsos, puede influir significativamente en esta etapa”.
Asimismo, los valores y perspectivas entre generaciones pueden ser muy diferentes, lo que puede resultar en malentendidos y generar conflictos en la comunicación. Además, el diálogo que suelen entablar los adolescentes es más cerrado, lo que dificulta que los padres comprendan sus sentimientos y pensamientos.
Por su parte, el doctor Alberto Alegre Bravo, psicólogo y coordinador académico de la carrera de psicología de Continental University of Florida refirió que, la búsqueda de la independencia en los jóvenes también puede significar un desafío, pues esto puede llevar a conflictos sobre límites y expectativas que obstaculizan la conexión con sus progenitores. De igual manera, los amigos desempeñan un papel crucial, especialmente durante esta etapa, motivo por el cual, los padres pueden llegar a sentirse excluidos o menos relevantes en la vida de sus hijos.
Otro factor que puede influir significativamente en este vínculo son los dispositivos tecnológicos y las redes sociales, pues como los adolescentes pasan más tiempo en línea que interactuando con sus padres, en efecto, esto puede desencadenar una barrera entre ambas partes.
“La adolescencia es una etapa de cambios profundos, tanto físicos como emocionales que influyen en la relación con los padres, ya que pueden generar tensiones y dificultades de comunicación. Por ejemplo, a nivel emocional, los jóvenes son más sensibles a las críticas, por lo que pueden reaccionar de manera exagerada a las opiniones de sus progenitores, al igual que se enfocan más en sus relaciones amicales, ya que buscan la aprobación de sus pares. Mientras que, a nivel psicológico, comienzan a pensar de manera abstracta y a cuestionar las creencias y valores de sus padres, por lo que desarrollan su propio sistema de valores, desafiando así las normas morales de los adultos. Además, se vuelven más conscientes de los problemas sociales, razón por la cual, pueden expresar sus diferentes opiniones y puntos de vista, cuestión que también puede generar fricción con sus padres”, explicó la psicóloga clínica, Ana Ramírez.
¿Cuáles son los signos de que un adolescente está desconectado emocionalmente de sus padres?
A medida que buscan mayor independencia, los adolescentes pueden distanciarse emocionalmente de sus progenitores, lo que puede generar preocupaciones en el entorno familiar. Por consiguiente, como destacó el psicólogo, identificar los siguientes signos de desconexión emocional entre padres e hijos resulta crucial para entender las necesidades emocionales de los jóvenes y fortalecer los lazos familiares durante este periodo.
- Reducción de la comunicación: Menos interacción verbal y una tendencia a responder con respuestas cortas o evasivas.
- Aislamiento social: Pasar más tiempo solo o con amigos en lugar de interactuar con la familia.
- Cambios en el comportamiento: Actitudes más desafiantes, irritabilidad o falta de interés en actividades familiares.
- Desinterés por la opinión de los padres: Ignorar consejos o desestimar las preocupaciones de los padres.
- Falta de afecto: Menos muestras de cariño, como abrazos o expresiones de cariño verbal.
- Alteraciones en el rendimiento escolar: Descenso en las calificaciones o falta de motivación hacia los estudios.
- Cambio en intereses: Adoptar nuevos hobbies o grupos de amigos que no incluyen a la familia.
- Emociones intensas: Fluctuaciones emocionales extremas que pueden resultar en discusiones frecuentes.
¿Cómo pueden los padres entender mejor los cambios en sus hijos para no interpretarlos como un rechazo?
Entender los cambios emocionales y conductuales de los adolescentes es fundamental para evitar la sensación de rechazo, pues como aseguró Ramírez, estos son parte del desarrollo normal, por lo que no significa que los adolescentes ya no quieran a sus padres. Por lo tanto, es primordial que los adultos trabajen en algunos aspectos importantes para fomentar la conexión y fortalecer el vínculo.
Mantener una comunicación abierta
De acuerdo al doctor Alegre, es importante que los padres puedan adaptar su estilo de comunicación con sus hijos adolescentes para que el diálogo sea más efectivo e impacte positivamente en la relación. En primer lugar, es crucial que practiquen la escucha activa, es decir, una atención plena a lo que dicen los jóvenes, mostrando siempre interés y comprensión.
“Los padres deben ser pacientes y crear un ambiente donde los adolescentes se sientan seguros para compartir sus pensamientos y emociones sin temor a ser criticados o juzgados. Asimismo, es clave utilizar un lenguaje claro y respetuoso durante la conversación, demostrando respeto y comprensión. De igual manera, el compartir experiencias o anécdotas propias relacionadas a lo que están discutiendo, puede ayudar a conectar y mostrar que también han pasado por situaciones similares”.
Fomentar la confianza
Los padres pueden fomentar la confianza de sus hijos sin invadir su privacidad a través de conversaciones regulares donde los adolescentes se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y experiencias. Por ello, como afirmó el experto de Continental University of Florida, es importante que los padres demuestren empatía y compresión hacia sus emociones, puesto que esto ayuda a los jóvenes a sentirse más valorados y escuchado. Además, es fundamental que los adultos les hagan saber que siempre están despuestos a apoyarlos, sin importar las decisiones que tomen.
“Un punto clave para promover la confianza es respetar los límites, en otras palabras, que los padres no intenten controlar la vida de sus hijos o sus decisiones, al contrario, es importante que les den responsabilidades, teniendo plena confianza en que podrán tomar decisiones y aprender de sus errores”, sostuvo Ana Ramírez.
Apoyar el desarrollo de la independencia
Es importante que los padres definan las expectativas y reglas que les brinden un sentido de seguridad, pero que, a su vez, les permitan explorar su independencia. Otra manera de fomentarla es involucrándolos en decisiones y planes familiares para que se sientan parte del grupo y así fortalecer el vínculo padres e hijos. Por ejemplo, reconocer y celebrar los esfuerzos e independencias, es crucial, ya que de esta forma están reforzando la autoestima y demostrando su apoyo. Según el psicólogo, también es necesario modelar esta independencia a través del propio comportamiento, razón por la cual, los padres deben mostrarles cómo equilibrar la libertad y autonomía con la conexión familiar.
Manejo de las redes sociales
Las redes sociales y la tecnología desempeñan un papel significativo en la desconexión entre padres e hijos; sin embargo, también pueden ser excelentes herramientas para fortalecer la relación. Por ejemplo, los padres pueden abordar este tema de manera saludable aprendiendo sobre las plataformas que utilizan sus hijos, lo que les permite comprender mejor su uso y sus implicaciones. Asimismo, crear acuerdos con respecto al tiempo frente a las pantallas y la interacción en las redes, promueve el equilibrio con las actividades familiares.
“Definitivamente, es importante establecer “zonas libres de tecnología” durante las comidas o en momentos familiares para fomentar la comunicación directa. Por ello, es necesario incentivar a los adolescentes a que realicen actividades fuera de línea, ya sea de forma individual o compartida, como deportes, cocinar, salir al aire libre, ver películas o series, realizar proyectos creativos, juegos de mesa o videojuegos, lectura compartida, entre otras, ya que ayuda a mantener la conexión familiar”, sugirió Alberto Alegre.
¿Qué pueden hacer los padres que no logran mejorar la relación con sus hijos adolescentes?
A pesar de sus mejores esfuerzos, muchos padres pueden sentir que no logran conectar o mejorar la comunicación, lo que puede generar frustración y angustia. Ante esta situación, como recomendó Ramírez, es importante explorar estrategias que les permitan reconectar con sus hijos adolescentes y fortalecer los lazos familiares en un contexto de comprensión mutua y apoyo emocional.
- Reflexionar sobre la situación: Es necesario que los padres se tomen un momento para pensar en lo que podría estar causando la desconexión. Identificar situaciones específicas o cambios en la relación puede ser un buen punto de partida.
- Hablar con el adolescente: Deben invitarlos a una conversación abierta y honesta, en la que los padres sean capaces de expresar su deseo de conectar más con sus hijos, así como que están dispuestos a escucharlos en todo momento. No es necesario abordar temas profundos de inmediato, el dialogo puede iniciarse con preguntas simples sobre su día o sus intereses, ya que esto más adelante puede abrir la puerta para próximas conversaciones más profundas.
- Aceptar la vulnerabilidad: Es fundamental que no tengan miedo de compartir sus propias emociones o inseguridades. Desde luego, esto puede ofrecerles a los jóvenes una perspectiva más humana de sus padres, lo que ayuda a fomentar una relación más cercana.
- Encontrar un punto en común: ¿Qué les gusta a ambos? ¿Un deporte, un videojuego o una película? Utilizar dicha información como punto de partida puede ser muy beneficioso para iniciar una conversación saludable. Por ello, el organizar actividades compartidas, permite crear recuerdos entre padres e hijos, favoreciendo así a la reconstrucción del vínculo.
- Mostrar interés en su vida: Preguntar sobre sus amigos, sus intereses, sus sueños, demuestra que a los padres les importa lo que les pasa.
- Pedir ayuda: Si los padres se sienten perdidos o si la situación les genera preocupación, es importante buscar ayuda de un terapeuta familiar o de un profesional de la salud mental. Igualmente, participar en talleres o grupos de padres que traten sobre la crianza durante la adolescencia es muy útil, ya que aprender de las experiencias de otras personas puede ofrecer nuevas perspectivas.
“Es normal que lo padres experimenten frustración o impotencia cuando sienten que no logran acercarse a sus hijos; sin embargo, es importante que aprendan a lidiar con estas emociones para no obstaculizar aún más la relación. Por consiguiente, es fundamental que reconozcan y acepten por lo que están atravesando sin juzgarse, así como también deben practicar la autocompasión, pues el ser amable con uno mismo y recordar que, la crianza es un desafío y que todos en algún punto se enfrentan a dificultades es vital. Del mismo modo, deben aceptar que la conexión no se construye de inmediato, pues requiere de mucha paciencia, empatía y respeto mutuo. Utilizar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el ejercicio o el mindfulness puede ayudarlos a gestionar adecuadamente las emociones y mantener la calma durante esta importante etapa del desarrollo de sus hijos”, recalcó Alegre Bravo.
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