A una mujer embarazada se le reconoce principalmente por la barriga. Esta zona del cuerpo es la primera en experimentar los cambios del periodo y también es el principal signo de su gestación. Conforme avanza el embarazo y el embrión crece, también lo hace la pancita; además de sus dimensiones también ocurren otros cambios –como la aparición de estrías o malestares nunca antes manifestados—.
Igualmente, la barriga de una embarazada emite otras manifestaciones que permiten tener una aproximación de cómo está la salud del futuro bebé, como por ejemplo saber si se ha movido para un lado o si ya se encuentra en posición para su nacimiento. Te presentamos esta y otras curiosidades en el siguiente artículo:
La barriga denota tu edad y si eres madre primeriza
Según estudios, la primera pancita de una mujer joven que atraviesa por su primer embarazo comienza a notarse mucho antes que la de una persona que ya ha tenido hijos, antes del sexto mes de gestación. Igualmente ocurre en mujeres que hacen deporte y mantienen otros hábitos saludables.
La fisionomía influye en la forma de la barriga
Se dice que las mujeres cuyo cuerpo y caderas son pequeñas son propensas a tener una barriga aún más pronunciada, a diferencia de quienes tienen caderas anchas y morfología grande. La gestación se ve aún más pronunciada debido a que cuando crece la panza la curvatura de la espalda se acentúa.
Pinchazos y picazón
Una embarazada comienza a presentar diversos malestares en la zona donde está gestando, como pequeños pinchazos que lejos de ser incómodos despiertan cierta preocupación. Especialistas señalan que los calambres en la parte baja del vientre son totalmente normales entre las 18 y 24 semanas, y se deben al crecimiento de la pared abdominal. Igualmente ocurre con el picor, que ocurre a causa de la resequedad de la piel que se estira durante el desarrollo del embrión. No obstante, nunca está demás consultar todos los nuevos síntomas con el médico de cabecera.
La famosa línea oscura en el vientre
Cuando la barriga crece solemos notar que en el centro del vientre brota una línea oscura, que se ubica justo debajo del ombligo. Esta aparece a causa de la gran cantidad de melanina producida por el shock hormonal que trae el embarazo. Aunque a primera vista causa dudas, es importante aclarar que es totalmente normal. Y aunque con el paso de los meses el pigmento se pronuncia aún más, comienza a disminuir, hasta casi desaparecer, después de dar a luz.
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