En total desorden, sucio y con mal olor se encuentra el lugar en donde murió Vylma Niño de Guzmán el 11 de enero pasado. Durante dos meses, su cuerpo permaneció oculto con el conocimiento de su hija de 14 años y del entonces enamorado de esta, un adolescente dos años mayor. Ambos ya responden por lo ocurrido.
Las cámaras del programa “A las once” entraron al segundo piso de la casa ubicada en el lote 10, Mz. O, avenida Alameda de El Corregidor, en La Molina. Un pasadizo y la habitación de la hija de la víctima, de 14 años, son testimonio de lo ocurrido.
Se apreciaron guantes manchados, moscas, un colchón sin cobertores. Asimismo, se ve la pared del cuarto pintada de negro, lo que se habría hecho para borrar manchas de sangre.
Estas aparecen además en el piso. También hay colchas tiradas, frascos de desinfectantes, ácido muriático, champú, vinagre, gaseosas y hasta un ventilador con los que se intentó dispersar el fétido olor del cadáver.
Justamente durante la tarde y parte de la noche, la fiscal Neyde Cachay Chávez y peritos recogieron huellas del lugar y realizaron pruebas de luminol.
De acuerdo a las primeras versiones dadas a la policía, la estudiante indicó que su entonces pareja perpetró el asesinato, pero este ha negado tal versión.