El 2022 ha sido un año de luto para el oficio periodístico en México: según Reporteros Sin Fronteras, el período con más muertes contra hombres y mujeres de prensa. Es en este contexto donde David Aponte, director general editorial del diario “El Universal”, de México, conversa con El Comercio en su paso por Lima para la reunión semestral del Grupo de Diarios América.
¿Cómo se hace periodismo en un país considerado como uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión?
Hay como dos niveles de trabajo. En las grandes ciudades hay mucho más protección para los periodistas en términos de que hay seguridad pública y el ejercicio es mucho menos complicado. Pero el tema es en los municipios donde no hay protección, donde no hay policía, donde la policía y los gobiernos tienen relaciones con los criminales. Ahí sí es es totalmente complicado y peligroso trabajar como periodistas.
En este año han asesinado a 15 periodistas en México, principalmente en este tipo de regiones donde se impone el crimen. Se imponen gobiernos que amenazan e intimidan. Ahí es donde se está dando ese problema y se están generando zonas de silencio.
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¿Qué son estas zonas de silencio y que tan peligrosas son?
Son muy peligrosas porque ahí es donde atacan. Son zonas regularmente dominadas por el crimen. Donde el crimen impone sus reglas, incluso con mensajes directos a los editores o los periodistas. Les dicen que no pueden reportar ciertos eventos de criminalidad. O cuando sí les conviene, como cuando se trata de enfrentamientos entre dos grupos y a uno quieren sacar del negocio sucio, esa información sí se la dan a los periodistas. También les dicen “acudan a tal lado a reportar este evento”. Entonces ellos, por temor o amenazas, acuden. Eso se convierte en propaganda para los criminales; no es información, es propaganda para atemorizar a la banda contraria.
Hemos tenido casos donde han atacado a periodistas que van y desafortunadamente en un caso que yo recuerdo de este año en Tamaulipas murió el periodista y murió su acompañante, que era su hija [Antonio de la Cruz]. Porque ellos no distinguen con quién vas, son ataques directos.
Ustedes desde El Universal ¿cuál es el reto que tienen para proteger a sus periodistas y, fuera de protegerlos, para motivarlos a que sigan trabajando en esto?
Lo que hacemos son protocolos. Los periodistas nos avisan cuando sienten que hay peligro o cuando mandan una información delicada para ellos que los puede comprometer en su seguridad y prefieren no firmar la publicación. También tenemos protocolos que hemos generado desde hace tiempo cuando enviamos a alguien a una zona complicada. Le pedimos que se esté reportando constantemente que si siente alguna amenaza se retire, pero que se esté comunicando constantemente. No nos confiamos en la policía porque la policía sabemos que puede estar coludida.
A los periodistas mexicanos que seguimos en la trinchera de la información nos toca visibilizar la violencia contra los reporteros, exigir que no haya impunidad y evitar que esta situación se normalice.
Entiendo que la violencia se genera mayormente por organizaciones criminales de diferentes tipos, pero ¿ustedes consideran que el gobierno también ejerce violencia contra de la prensa?
Los distintos niveles de gobierno ejercen violencia con amenazas. Lo que está ocurriendo en México es que hay un discurso presidencial que estigmatiza al periodismo que no actúa bajo consigna del gobierno. Lo estigmatiza todos los días y esto genera una violencia verbal y a la larga una una violencia física que puede provenir de cualquier persona: del crimen, de un político o de los simpatizantes del presidente.
Pero en contraparte y creo que es muy importante resaltarlo es que hay una gran libertad de expresión de prensa que se han ganado los periodistas y las casas editoriales, pero no por el gobierno sino por voluntad propia. Esto no se puede perder.
Hace pocos días, en Perú hemos vivido un hecho donde el Premier insultó a una periodista y no solamente la insultó como periodista, sino la insultó como mujer. ¿En México también se vive esta violencia hacia la mujer específicamente?
Yo creo que la violencia verbal hacia los periodistas, sean mujeres u hombres, en cualquiera de los dos casos es grave. Parece que es mucho más grave en el de las mujeres y se está dando no solamente en México. El problema es que si lo hace el Presidente de la República lo replican autoridades de otros niveles de gobierno y sus seguidores, porque es como darle una luz verde. Creo que eso también está generando un ambiente de demasiada hostilidad hacia la prensa.
En México todavía no tenemos datos de dónde provienen los asesinatos porque hay una un alto índice de impunidad y no se investiga. En México no se investigan las muertes de los periodistas. Detienen a dos o tres personas y lo presumen como si eso hubiera ya resuelto los casos. Creo que el tema también de la impunidad es muy importante porque está presente y la impunidad al final del día genera mucho más violencia.
¿Esta situación crees que se está replicando actualmente en otros países de la región?
Pues no tenemos indicadores que nos muestren el nivel de violencia que está viviendo la prensa en México, pero sí un discurso que viene de gobernantes Yo diría un discurso de odio hacia los periodistas. Los gobernantes no quieren estar bajo el escrutinio de la prensa, no quieren que se revelen sus ingresos, su modo de vida, los actos de corrupción, sus equivocaciones y cuando das a conocer ese tipo de información les molesta. Por eso es que replican y replican la violencia verbal que estamos viviendo en nuestros países.
Al terminar la entrevista, David agregó...
El Mecanismo de protección a periodistas y defensores de derechos humanos funciona con fines políticos. El gobierno protege, en su mayoría, a pseudo periodistas y youtubers que hacen propaganda para el gobierno del presidente López Obrador. Y tampoco funciona para reporteros que han recibido amenazas previas y que posteriormente han sido asesinados. El eslabón más débil está en los reporteros que laboran en estados con mucha violencia criminal. Y el otro elemento y hay pruebas, es que el actual gobierno, como el anterior del priista Enrique Peña Nieto, siguen espiando a periodistas mediante el software Pegasus. Son dos elementos que también abonan a la violencia que vive la prensa mexicana.
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