“Obras al servicio de las mayorías”, era el lema de Solidaridad Nacional durante la campaña electoral del 2014. Con esa promesa Luis Castañeda Lossio ganó las elecciones y hoy se encuentra a la mitad de su tercera gestión como alcalde de Lima, con la más alta desaprobación de estos 24 meses (ver infografía).
En agosto del 2014, a través de un spot, Castañeda prometía a los limeños un plan integral para solucionar el problema de la congestión vehicular. La ampliación del Metropolitano, semáforos con fibra óptica en 2.500 intersecciones, un monorriel, el túnel de San Juan de Lurigancho y un ‘by-pass’ en la avenida 28 de Julio eran sus propuestas.
En estos dos años solo las dos últimas se realizaron. No obstante, el 46% de los limeños cree que el transporte empeoró en los últimos 12 meses, según una encuesta de Ipsos-El Comercio, de diciembre del 2016.
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—Prioridad municipal—En los dos primeros años de esta gestión, la Municipalidad de Lima (MML) ingresó al banco de proyectos del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) 375 proyectos. Un total de 298 fueron de la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima, sin embargo 171 son para locales multiusos, cada uno valorizado entre S/112.000 y S/370.000. Figuran también varias obras menores, como el mejoramiento de taludes, vías de acceso peatonal y algunas losas deportivas.
“No se conoce ningún documento de sustento para obras como las casas solidarias o las obras menores que vienen implementándose, excepto la propuesta de 18 ‘by-pass’ para la cual se elaboró un plan de desarrollo local concertado que tiene otros alcances pese a que debió sustentarse con la actualización del plan vial metropolitano”, señala José García Calderón, ex jefe del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao.
Como entidad ejecutora, la comuna metropolitana ingresó 48 proyectos, entre los que figuran cinco ‘by-pass’ y pasos a desnivel, creación de puentes vehiculares y mejoramiento de la interconexión de la Estación Central del Metropolitano y la estación Miguel Grau de la línea 1 del metro de Lima.
—Obras de envergadura—El Comercio buscó la versión del alcalde o de un funcionario de su gestión pero se negaron a declarar. Lo que sí envió la MML fue un informe de gerencias, en el que la comuna mostró como sus logros de estos dos años el túnel Santa Rosa y San Martín, cuya ejecución se inició en el 2010; el intercambio vial Naranjal, obra privada a cargo de la concesionaria de peajes Rutas de Lima; el ‘by- pass’ de 28 de Julio, financiado con parte de la adenda del proyecto Línea Amarilla; el intercambio vial Benavides, también de Rutas de Lima, y el puente Bella Unión, obra de la Línea Amarilla.
La comuna además resalta como sus megaobras el intercambio vial a desnivel 25 de Enero, el intercambio vial El Derby, el intercambio vial Benavides, la nueva autopista Central y la Vía Expresa Línea Amarilla. Estas, excepto la última, son ejecutadas por Rutas de Lima y están establecidas en el contrato de concesión que fue firmado en el 2013.
La gerenta de Asuntos Corporativos de Rutas de Lima, Gisella Benavente, informó que hasta la fecha han invertido S/1.700 millones.
“La meta al cierre del 2017 es invertir los más de S/2.020 millones que establece el contrato. Mientras tanto el dinero del cobro de peajes va a un fideicomiso para el mantenimiento de vías”, señala.
La empresa que tendrá concesionados 115 kilómetros por 30 años entregará el túnel de Benavides a inicios del 2017 y la nueva autopista Central estará lista en diciembre. Tiene pendiente el inicio de ejecución de un paso a desnivel en la avenida Olguín y retornos a desnivel en la Panamericana Sur.
“Estos son proyectos de inversión privada y donde ya tenemos comprometidos los peajes. Lima no tiene ingresos por peajes porque están siendo administrados por Lamsac y Rutas de Lima cuando no se han terminado siquiera las obras. El costo de las obras lo pagan los ciudadanos”, explica el abogado Julio César Castiglioni, experto en temas municipales.
El arquitecto José García Calderón, quien fue funcionario edilicio en la gestión de Susana Villarán, considera que Castañeda se enfrenta al desgaste de un estilo que resultó ser exitoso en sus primeros dos períodos de gobierno municipal pero ante la persistencia de los problemas estructurales que afectan a la metrópoli y un mayor nivel de exigencia ciudadana, resultan siendo menos efectivos.
“Es una gestión aceptable hasta ahora, sin embargo aún no cumple sus promesas de campaña, por eso tiene un alto rechazo. Solo le queda un año porque el cuarto año es electoral y Castañeda ya dio muestras de que aspira a la reelección”, afirma Castiglioni.
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MUNICIPALIDAD REGISTRA BAJA RECAUDACIÓN
En los dos últimos años la Municipalidad de Lima tuvo un presupuesto anual promedio de S/1.840 millones, sin embargo sus ingresos propios (recursos ordinarios y recursos directamente recaudados) no superaron los S/453 millones por año. En el 2015 estos representaron el 34% de su partida anual y en el 2016 se redujeron al 24%.
“Esta municipalidad tiene una base tributaria bastante grande. Al menos el 50% a 60% del presupuesto total debe ser financiado con recursos directos, pero no es lo que vemos ahora”, señala el economista Carlos Casas Tragodara, ex viceministro del MEF.
El especialista añade que el punto clave para mejorar los ingresos de la comuna limeña es que esta aumente la recaudación de tributos e impuestos, sobre todo el predial.
Según las cifras del MEF, la cuarta parte del presupuesto de la MML fue destinada a la ejecución de proyectos y el resto (75%) al pago de planillas y a los servicios de limpieza pública, mantenimiento de áreas verdes, seguridad y fiscalización. “En ciudades como Lima el gasto corriente siempre debe ser mayor y el destinado a proyectos de aproximadamente un tercio”, señala.