LUIS GARCÍA BENDEZÚ / @condedemaldoror
Redactor de Sociedad
La huaca Pucllana (400 d.C.) está en Miraflores y estuvo abandonada durante décadas. El historiador Juan Luis Orrego señala que hoy solo queda un fragmento de las 15 hectáreas que tuvo ese sitio arqueológico en sus orígenes. Según recuerdan algunos vecinos, la pirámide de adobe se llegó a usar, incluso, como pista de bicicross.
La situación de esta huaca empezó a cambiar desde 1981 cuando el otrora Instituto Nacional de Cultura firmó un convenio de investigación, conservación y puesta en valor con la Municipalidad de Miraflores. Actualmente, este sitio arqueológico cuenta con un museo de sitio, recibe a unos 10 mil visitantes al mes y es el segundo destino turístico de Miraflores. Además, el actual Ministerio de Cultura planea mejorar el museo de sitio, al igual que el de Huallamarca (San Isidro) y Puruchuco (Ate).
Hace doce años, también, el municipio distrital suscribió un contrato con el restaurante Huaca Pucllana, que ha repercutido en la recuperación del sitio arqueológico. Según el convenio, el restaurante cede el 6% de sus ventas a Miraflores. Este dinero se usa en la conservación de la huaca. “Lo importante de este modelo es que el Estado reduce la cantidad de dinero que tendría que invertir para mantener el área”, explica Arturo Rubio, promotor del restaurante.
Para Roberto Ochoa, ganador en la categoría Turismo del Primer Concurso Nacional de Ensayo organizado por El Comercio, el modelo de gestión de la huaca Pucllana no puede ser imitado en todas las zonas de Lima. Pero es importante que Cultura evalúe cuáles son las potencialidades de cada sector para replicar estrategias. “Se puede idear jornadas escolares, de espectáculos o con restaurantes. En Lima Norte, hay campañas de adopción de huacas, por ejemplo”, señaló.