Golpear a un menor de edad es el tipo de violencia más juzgada por la sociedad, pero también la más justificada bajo frases como “es por su bien” o “este niño me provoca”. Sin embargo, los padres no saben que su violencia no responde a estas razones, sino a una falta de control en sus emociones. Así lo explica la psicóloga Silvia Ochoa Rivero.
“En nuestra cultura está tan interiorizado el 'golpe aleccionador' que hasta para los hijos se vuelve algo normal. Está el clásico 'con dos golpes se soluciona' o 'si te pegan, también pega' que incitan a la violencia. Claro, hay diferencia entre un maltrato y golpear una o dos veces, pero de todas formas es violencia”, indicó a El Comercio.
Justificar la violencia es muy fácil. “Se les hecha la culpa a los hijos, se les dice que son muy malcriados o que es la única forma en la que van a aprender pero todo responde a la poca tolerancia. Hace falta que los padres no solo controlen lo que sienten, sino que tengan empatía con sus hijos”, agregó.
Pero más allá de quien tenga o no la culpa, está la consecuencia: “un niño golpeado será un padre golpeador”. Es un círculo vicioso sin escapatoria, incluso en el niño que solo ha sido 'aleccionado'
“Cuando crecen los papás olvidan el dolor o el miedo que les causaron las golpizas y a su vez piensan que les sirvió porque se convirtieron buenas personas. Una justificación más que suficiente para dar una paliza y para no darse cuenta que sus emociones fueron afectadas por esos golpes”, señaló Ochoa Rivero.
ES IMPORTANTE BUSCAR AYUDAPara terminar o disminuir la violencia es necesario eliminar cuestiones enseñadas por nuestra sociedad. “Hay que deshacernos de esa jerarquía tan marcada de padres hacia hijos. Muchos dicen 'haz tu tarea', 'come la comida', 'saca buenas notas' pero no entienden que los niños son personas y como tienen miedo, pereza o se ponen nerviosos. No siempre pueden hacer lo que ellos piden”, refirió la especialista.
Tampoco es que toda la culpa sea de los padres, hay otro factor imporante: la ayuda. “La mayor parte de casos de violencia familiar se ve en las madres solteras justamente porque cargan con demasiada responsabilidad, qué el dinero, el colegio, la casa y otras tantas actividades que les hacen perder el control con sus hijos”, continuó.
Una solución verdadera en estos casos se halla con el tiempo y la experiencia, pero lo más importante, según Ochoa, es evitar la violencia y su justificación porque sino “la cadena de violencia continúa y las cifras de niños maltratados siguen creciendo”, puntualiza.