ROXANA SILVA SOLOGUREN
Comer es uno de los máximos placeres de la vida. No hay nada como un arroz con pollo o unos tallarines verdes con churrasco para calmar el apetito más voraz. Sin embargo, esta predilección por la comida pasa una factura muy alta a los peruanos. Según los últimos estudios del sector Salud, el 62,3% de la población, entre los 30 y 59 años, sufre sobrepeso u obesidad. En otras palabras, tres de cada cinco adultos tienen exceso de peso.
Los resultados de las investigaciones son contundentes: si no adquirimos pronto un estilo de vida saludable, en menos de tres décadas nuestro país tendrá uno de los más altos índices de la región con pacientes diabéticos, hipertensos, cardíacos, entre otras patologías.
César Domínguez Kouri, del Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (Cenan) del Ministerio de Salud (Minsa), afirma que estas no son las únicas cifras desalentadoras. Los reportes revelan también que uno de cada cuatro niños, entre 5 y 9 años, tiene este problema (24,4%), al igual que dos de cada cinco adultos jóvenes, entre 20 y 29 años (39,7%). Añade que una de cada dos mujeres en edad reproductiva también tiene varios kilos de más (52,3%).
¿Qué pasa con nuestros hábitos alimenticios? ¿Por qué cada vez hay más gente con sobrepeso? Para el especialista, esto se debe a múltiples factores, que van desde el sedentarismo hasta el exceso del consumo de azúcar. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer 30 minutos de ejercicios al día e ingerir, como máximo, 25 gramos de azúcar (unas seis cucharaditas de café) para evitar desarrollar enfermedades.
Lamentablemente, estas sugerencias son desestimadas por la mayoría de peruanos, acostumbrados a tomar gaseosas, a servirse porciones abundantes de comida y a permanecer sentados frente al televisor durante horas.
“Hay que tener mucho cuidado con estos hábitos. Con el transcurrir del tiempo van a generar un sinfín de complicaciones en el organismo”, agrega Domínguez, tras incidir en que la mal nutrición por exceso de comida cada vez tiene más víctimas en el Perú, y para combatirla es necesario generar un gran cambio en el estilo de vida de niños, jóvenes y adultos. Es momento de decir adiós a la falta de actividad física y a las dietas ricas en grasas y carbohidratos.
De la misma opinión es el doctor Walter Maceda Núñez, presidente de la Asociación para el Asociación Peruana de Estudio de la Obesidad y Ateroesclerosis (APOA), quien reconoce que la genética puede hacer que una persona tenga mayor predisposición a ganar peso. No obstante, ello no es excusa para llevar un régimen nutricional desbalanceado y no practicar deportes.
BOMBA DE TIEMPOAnte la salida fácil de las liposucciones, que cada vez cobran más víctimas entre los afectados por la obesidad, Maceda advierte que este procedimiento no acaba con los problemas metabólicos originados por el exceso de grasa visceral en el cuerpo. “Más bien es peligroso porque [la grasa no removida] se deposita alrededor de los órganos y en el torrente sanguíneo, formando placas que pueden desencadenar un infarto o un accidente cerebrovascular. Si la cintura del hombre mide más de 90 cm y de la mujer más de 80 cm, su salud puede estar en peligro”, sostiene.
Maceda subraya que la fórmula más eficaz para combatir el sobrepeso es comer cinco raciones de frutas y verduras al día, tal como lo aconseja la OMS. Complementan el régimen el caminar o bailar por 30 minutos, al menos unas cinco veces a la semana.
POBLACIÓN CON MAYOR RIESGOPara el doctor Segundo Seclén, ex presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología y director de la Unidad de Diabetes, Hipertensión y Lípidos (Udhyl) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, los padres de familia también deberían tomar conciencia de que un niño obeso no significa que esté saludable.
“Los pequeños con exceso de peso no solo padecen trastornos físicos, sino emocionales. Además, corren el riesgo de convertirse en adultos con múltiples enfermedades crónicas”, declara a El Comercio el especialista, quien recomienda a los papás inculcar el hábito del deporte a sus hijos y a no acostumbrarlos a consumir comida chatarra.
“Es lo más perjudicial para su organismo”, aconseja.