Sus bromas y carcajadas contrastan con su cansancio. Es miércoles, 1:00 p.m.. “Fue una mañana de grabación extenuante, pero de gran satisfacción”, aclara Nancy Cavagnari (Callao, 1954), mientras se acomoda el vestuario y revisa el peinado que le acaban de hacer. Después de casi un lustro, la pícara y carismática actriz -ícono del humor de los años 80 en el Perú- se reencuentra con la actuación, actividad que dejó relegada durante un tiempo por problemas de salud. Integra el elenco de actores de la tercera película de la propuesta cinematográfica más exitosa de Yiddá Eslava y Julián Zucchi: “Sí, mi amor”.
Esta nueva entrega, dirigida por Pedro Flores Maldonado, nace del deseo de sus creadores de contar su experiencia y visión como padres. Empleando el humor como herramienta principal, profundizan en el embarazo y en el papel que juegan los familiares y amigos en esta etapa.
“En ‘¿Ahora somos tres?: Sí, mi amor’ relatamos lo que hemos vivido en los dos embarazos, porque a nosotros la paternidad nos cambió la vida. Hay un antes y un después. Cerramos de la mejor manera el final que quedó abierto en la segunda entrega. Creo que será la mejor película de la saga. Se estrenará el próximo año”, señala Zucchi tras destacar la participación de Nancy Pía Cavagneri Silva en esta producción. “Qué mejor que contar con ella que siempre ha sido un referente en la comedia. Este es nuestro homenaje a su dedicada trayectoria. Será la madre de Bea (Yiddá), un personaje que fue nombrado en todas las películas y que por fin tiene rostro”, comenta.
“Nancy es perfecta para el papel, maneja la comedia de una forma natural, tiene el toque criollo ideal, y también puede hacer drama”, interviene Eslava.
La artista chalaca interpreta a Caridad, una mujer que viene de Estados Unidos para acompañar a su hija que está embarazada. “Le dicen ‘Cachita’ de cariño, es de Chucuito, alegre, rubia, fiestera, vanidosa y un poco dominante. Y ahora que te describo mi personaje, me doy cuenta que tengo mucho de ella. Siento que me estoy describiendo (ríe)”.
Una vida entregada al arte
Nancy Cavagnari nació para refulgir en los escenarios. Llegó a la televisión a los 7 años, como parte del reparto de niños talentos del programa “Gordi Pepo”. Cuatro años después, ingresó al elenco de baile del histórico espacio infantil “Tío Johnny”. Un escenario en el que realizó también su primera imitación.
“Fuera de cámaras, en mi casa, en el colegio, imitaba a todo el mundo; pero en televisión mi primer imitado fue Tom Jones. Me hice patillas. Fue un golazo. Luego vinieron muchísimos más: Yola Polastri, Rafaella Carrá, Celia Cruz...”, recuerda la artista. “Soy la primera vedette e imitadora del Perú, y nunca necesité hacer cosas indecorosas para tener éxito, ni utilizar prendas demasiado diminutas”, destaca.
La imitación de Cavagnari a la popular ‘Chica de la Tele’ fue una de las que más éxito tuvo, pese a no contar con la aprobación de la presentadora infantil. “Me gané una enemiga”, cuenta la actriz.
Su nombre ocupa un importante lugar en la historia de la comicidad peruana. Tras destacar como bailarina e imitadora, incursionó en los espacios de humor de la mano de Tulio Loza y con la venia de Efraín Aguilar, su buen amigo y compadre. También actuó en sintonizadas telenovelas y series, como: “La rica Vicky”, “Misterio”, “Lobos de mar”, “Esperanza”, entre otras. En la pantalla grande integró el elenco de actores de “Chicha tu madre”, “Perro Guardián” y “Gemelos sin cura”.
─¿Por qué dices que te ganaste una enemiga tras imitar a Yola Polastri?
Porque me agarró odio. Reventó. Le dije que no se moleste porque mi imitación le daba publicidad. Me dijo que no necesitaba. No le hice caso, continué imitándola. A Yola la conozco muy bien, desde sus inicios.
─¿Y Violeta Ferreyros cómo tomó el hecho de que la imitaras?
A Violetita, hermosa, le encantó. Todos querían que los imite para hacerse publicidad. Eva Ayllón me decía que la imite. Yo era hincha de ella.
─¿La imitaste?
No tuve la oportunidad. Imité a Cecilia Bracamonte, Bartola, Lucía de la Cruz, Chabuca Granda, Rocío Dúrcal, Celia Cruz.
─Precisamente, por imitar a Cecilia Cruz fuiste con Carlos Álvarez al programa de Xuxa en Argentina. ¿Qué recuerdas de esa experiencia?
Carlos fue imitando a Lola Flores. Como sabe que soy fregada, me dijo que el programa llegaba a 21 países y que no debía hablar lisuras ni mandar saludos. Amenazó con botarme. Pero como no puedo con mi genio, cuando vi a Xuxa, le dije: “Xuxa tu madre se sentirá orgullosa de ti”. Me dijo que sí. No se dio cuenta del doble sentido. Y antes de que termine el programa, envié saludos para mis hijos Nicola y Paola en Perú. Carlos me quería matar.
─¿Alguna vez esa atrevida personalidad te trajo problemas?
Puedes decir las lisuras que quieras si las dices como remate, sin ser vulgar ni malcriado. Nunca he tenido problemas. A Elsa Pito, ese personaje achorado que tuve en el programa “Telecholo”, la gente la adoraba.
"Puedes decir las lisuras que quieras si las dices como remate, sin ser vulgar ni malcriado. Nunca he tenido problemas"
─¿Qué recuerdos tienes de Adolfo Chuiman con quien hiciste dupla televisiva durante muchos años?
Éramos la dupla estelar. Hicimos “Cabaret”, “Grease”, Juan Gabriel con Rocío Dúrcal. Es un gran profesional, una gran persona, lo quiero mucho. Cada vez que nos vemos nos reímos recordando nuestras vivencias.
─¿Por qué dejaste la TV a mediados de los años 80, en el mejor momento de tu carrera?
Porque nació mi hijo y quise dedicarme de lleno al amor de mi vida, a mi príncipe. Luego llegó mi hija. Y no me arrepiento de haberlo hecho porque los disfruté.
─¿Es verdad que “Risas y salsa” fue la etapa más lucrativa de tu carrera? ¿En qué invertiste el dinero que ganaste?
En ayudar a mi familia, compré cosas para la casa, la cocina. Éramos 14 hermanos. En Navidad compraba regalos para todos mis sobrinos. Me di ese gusto, una gran satisfacción que siempre llevaré en mi alma y en mi corazón.
─La última telenovela que hiciste fue “Mi Esperanza”, en 2018. ¿Por qué esperaste tanto tiempo para volver a actuar?
Después de esa linda telenovela, me llamaron dos veces de “Maricucha”. No pude aceptar porque estaba mal, tenía que operarme la vista, me salió una catarata, casi no podía ver. El papel que me ofrecieron lo hizo Trilce Cavero, la hija de Haydeé Cáceres.
─¿Le temes al paso de los años?
No me gusta hablar de cosas tristes, no me hables de edad, por favor. Siempre recibí los años con mucho amor y respeto. Soy cristiana, tengo tanto que agradecerle a Dios por todo lo que me ha dado.
─¿Con quién vives actualmente?
Vivo sola, con mi perrita y un gato. Mi vida es triste. Me casé en dos oportunidades, tuve dos hijos de mi segundo compromiso, pero viven afuera. Mi hijo vive en Europa y mi hija en Estados Unidos.
─De darse tu despedida de los escenarios, ¿cómo te gustaría que esta sea?
No quiero que llegue ese día porque voy a llorar mucho. Todavía tengo cosas por hacer, como un unipersonal que lleve por título: ”Vieja nunca” (ríe).
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