Por décadas, en los filmes centrados en familias convencionales, los padres habían repetido tristemente su rol: regresando agotados de la oficina, exigentes y rígidos, inútiles si debían cambiar pañales o cocinar para adolescentes. Poco había hecho el cine para salir del estereotipo. Sin embargo, como canta Bob Dylan, los tiempos están cambiando.
Cambios como el que hace en su carrera el comediante Kevin Hart, quien debuta como actor dramático en “Paternidad”, adaptación de Paul Weitz a la pantalla de “Two Kisses for Maddy: a Memoir of Loss and Love”, libro donde Matt Logelin retrata cómo fue el primer año de su vida tras el nacimiento de su hija y la muerte de su esposa por dificultades en el parto.
Su preocupada suegra cree tener la solución: que él y su nieta abandonen Boston y vuelvan a su natal Minnesota, para que las abuelas lo ayuden con la crianza. O, si lo prefiere, dejar a la pequeña con ellas. Sin embargo, a pesar de los buenos deseos de su familia, el joven padre está decidido: será él quien críe a su hija, soportando las largas noches sin dormir y balanceando el aprendizaje paterno con las exigencias diarias del trabajo.
Así, Matt deberá soportar reuniones de padres en las que bullen los prejuicios, recibir consejos que no ha pedido o desesperarse mientras busca la mejor respuesta a las preguntas curiosas de su hija, quien crece sana y segura, superando los pequeños problemas cotidianos y esos malos presagios imaginados por las abuelas. Tomemos nota que Barack y Michelle Obama son los productores de este proyecto de Sony Pictures.
Todo sobre mi padre
Pero más allá de la noticia de un estreno, aprovechemos la aparición de “Paternidad” en la parrilla de Netflix para hablar de aquellos cambios culturales que, lentamente, parecen dar cuenta de la crisis de la masculinidad tradicional, produciendo ficciones enfocadas en paternidades que, tras renunciar a las prácticas autoritarias, abrazan un rol más afectivo.
Una masculinidad que reconoce a su contraparte, la feminidad, como su igual, y que asume que los compromisos de la pareja se comparten de manera igualitaria. Cuando hablamos de “nueva paternidad”, nos referimos a la crítica de los modelos tradicionales y una nueva forma de ejercer el poder y representar la autoridad.
Como señala la crítica de cine Leny Fernández, es el cine más ‘mainstream’ el que colaboró con entusiasmo en el afianzamiento del estereotipo del macho proveedor como figura de autoridad que no podía demostrar fragilidad ni caer en la “indignidad” de los quehaceres “pueriles”, reservados para las mujeres.
“Hablamos de un modelo de masculinidad instalado en la consciencia colectiva que llevó, por ejemplo, a la creación de comedias cuyo humor, hasta hace relativamente poco, se basaba en mostrar a hombres en aprietos al enfrentar situaciones “femeninas”, como las labores domésticas y la atención de niños y bebes”, explica Fernández.
Por otro lado, la crítica destaca la apertura del cine actual hacia temas LGTBIQ vinculados al rol del padre, de manera seria y sensible, lo que aporta en la discusión sobre la reivindicación de derechos y en la batalla contra la estigmatización. “Para mí, el reto estará en no caer en la corrección política ni en un buenismo en la construcción de personajes que puedan llevar a una caricaturización y, por tanto, a un retroceso de lo avanzado”, advierte.
El padre sobreviviente
El crítico Sebastián Pimentel prefiere matizar mostrando menos entusiasmo. Para él, las nuevas formas de masculinidad, que dejan de lado la autoridad, virilidad o dureza, no necesariamente se evidencian más en los nuevos padres como personajes.
Más bien, para el experto resulta evidente la proliferación de filmes sobre padres solitarios que atraviesan el mundo con su prole, en escenarios apocalípticos o posapocalípticos, como en las películas “The Road” de John Hillcoat, “Light of My Life” de Cassey Affleck, o “Un lugar en el silencio” de John Krasinski, donde en mundos desolados padres e hijos deben enfrentarse a lo desconocido. “En esos casos, los padres son básicamente superhéroes estoicos y sacrificados que viven una vida de vigilancia y protección perpetua de sus hijos o familia. Son masculinidades solitarias sobrevivientes, cuyo único objetivo es proteger a sus hijos y esposa”, explica.
Para Pimentel, la novedad está más bien en la forma en que esta nueva masculinidad se relaciona con su prole, relación parecida a la amistad, llena de melancolía y de fe en la supervivencia familiar.
Padres célebres de la pantalla
“El resplandor”
(Stanley Kubrick, 1980)
El padre y el hacha: Jack Torrance (Jack Nicholson), un escritor de medio pelo con problemas con el alcohol, representa la frustración de una generación de padres definidos por el desempleo y el fracaso. La suya es una respuesta caótica y demencial para encontrar la aceptación. Aquel remoto hotel, cerrado durante el invierno, es el mejor símil para hablarnos de un padre incapaz de salir de su laberinto.
“El regreso del jedi”
(george lucas, 1983)
¿Qué fan de “Star Wars” no recuerda el momento en que Darth Vader le revela a Luke Skywalker que es su padre? La más celebrada ‘space opera’ no es otra cosa que el relato de una paternidad tóxica y la fe en su recuperación. Luego de largas escenas de sables láser, Darth Vader decide redimirse con su heredero acabando con el emperador. Poder mirar a la cara a su hijo, libre de su máscara, es uno de los momentos de amor paterno más memorables en la historia del cine.
“Indiana Jones y la última cruzada”
(Steven Spielberg, 1989)
Luego de ofrecernos dos aventuras legendarias, el inquieto profesor Jones (Harrison Ford) deberá rescatar a su padre (Sean Connery), también arqueólogo, tomado como rehén por los nazis. Su búsqueda del Santo Grial no es otra cosa que la oportunidad para que un padre y un hijo se reencuentren, y saldar cuentas pendientes.
“La habitación del hijo”
(Nanni Moretti, 2001)
Parece la historia de una familia feliz. El padre, la madre, los dos hijos adolescentes. Apenas hay conflictos en sus vidas, hasta que un domingo por la mañana el padre debe resolver una urgencia y cancela un compromiso con el hijo. El joven, al salir a bucear con sus amigos, no volverá. Un filme sobre el proceso del duelo paterno y la búsqueda de sentido tras la muerte de un hijo.
“Buscando a Nemo”
(Andrew Stanton y Lee Unkrich, 2003)
El pez payaso Marlin ha perdido a su esposa y a sus hijos por el ataque de un enorme pez. Poco después, eclosiona el único huevo que ha podido salvar, apreciando el nacimiento del pequeño Nemo. Pixar desarrolla en este filme la paternidad marcada por la culpa, los miedos y la ansiedad, y cómo debemos hacerlos de lado para lograr comunicarnos con aquellos que amamos. En su peregrinación para recuperar a su hijo, Marlin descubre el maravilloso riesgo de la libertad.
“Big Fish”
(Tim Burton, 2003)
Un homenaje a los contadores de historias, pero especialmente una clásica historia de padres e hijos. Tim Burton nos muestra los últimos días de un padre enfermo, que durante años ha contado increíbles situaciones vividas a lo largo de su vida, mientras su hijo siente que nunca llegó a conocerlo realmente, fuera del halo de ficción que este le ha impuesto a sus vivencias. Así, el padre resulta un héroe lejano, comprensible solo si aceptamos las distintas facetas de la realidad.
“Los increíbles”
(Brad Bird, 2004)
La paternidad como heroicidad. Bob Parr, el nombre civil de Mr. Increíble, debe olvidar los días de gloria para hacerse cargo de la intendencia del hogar y del cuidado de sus tres hijos. Las emociones desbocadas de su hija adolescente, los sueños de triunfo de su hijo y los balbuceos de un bebe que esconde secretos poderes son una dura prueba para un padre que, teniendo superfuerza, cae derrotado al no saber cómo llevar una familia que exige tanto valor como atención.
“Flores rotas”
(Jim Jarmusch, 2005)
Don Johnson (Bill Murray) es un mujeriego empedernido que ha tocado fondo. Tras romper con su última relación recibe una carta anónima de una antigua novia que le informa de la existencia de un hijo suyo. Él seguirá su pista a través de las amantes que usó y abandonó años atrás, pero salir en búsqueda de su pasado y reencontrarse con los amores de su vida será algo más difícil de lo que pensó. Aquel inasible hijo lo lleva a pensar en el amor verdadero que dejó pasar.
“En busca de la felicidad”
(Gabriele Muccino, 2006)
Will Smith interpreta a un padre que cae en la mendicidad tras perderlo todo, menos a su hijo y la fe en sobrevivir a su lado. La icónica frase “nunca dejes que alguien te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera si quien lo dice soy yo” es el símbolo de una película que, a pesar de ser su edulcorada visión de la realidad, logra plasmar las desigualdades de un sistema racista que parece condenar al protagonista a una lucha permanente por sobrevivir.
“Capitán Fantástico”
(Matt Ross, 2016)
Viggo Mortensen encarna a un padre que ha decidido criar a sus hijos e hijas fuera del sistema capitalista y bajo sus propios estándares de enseñanza. Inmersos en el medio del bosque, ellos aprenden a cazar su propia comida, hablar múltiples idiomas, tocar instrumentos y debatir sobre filosofía. Tras la muerte de su esposa, será él quien deba llevar adelante esa utopía, enfrentarse al mundo real y a los cuestionamientos de sus propios hijos sobre su futuro.
“Retablo”
(Álvaro Delgado Aparicio, 2019)
Según el crítico Sebastián Pimentel, esta película peruana presenta el prototipo de padre que abandona la perspectiva de “dureza, virilidad, y fuerza” de la masculinidad tradicional. En el filme protagonizado por Amiel Cayo, el tema de una sensibilidad abierta a la bisexualidad se hace explícita. Son lineamientos de la paternidad con formas nuevas, donde se abre un horizonte no necesariamente heterosexual normativo como modelo de paternidad.
“Los Mitchell contra las máquinas”
(Michael Rianda y Jeff Rowe, 2021)
La paternidad en el centro de la trama: Katie Mitchell necesita el apoyo de su padre, Rick, para enfrentarse a los primeros pasos de la vida adulta. Arreglar esa relación que la adolescencia ha enfriado parece mucho más difícil que salvar a la humanidad de una invasión de robots. Sin embargo, es esa aventura la que permite que un padre recupere la confianza en su hija y que una hija comprenda los sacrificios de su padre.
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