El cineasta estadounidense Spike Lee prometió el viernes no ser un “dictador” como presidente del jurado del Festival de Cannes, en una charla con un grupo de jóvenes empleados de un lujoso hotel de la turística localidad francesa, constató una periodista de la AFP.
Preguntado sobre cómo valoraba las películas, el director dijo que se fijaba en “la originalidad, la actuación de los intérpretes, el trabajo de la cámara y la sensación que me da, qué emoción siento”.
Sobre el jurado, explicó: “Cada uno tiene su opinión diferente. No a todos nos gustan las mismas canciones ni los mismos programas de televisión y, al final, los nueve miembros votan”.
“Prometí a las personas del jurado que no sería un dictador, que sería democrático... pero hasta cierto punto, porque si el jurado está dividido cuatro contra cuatro, ¡soy yo quien decido! ¡Nos lo pasaremos bien!”, añadió ante una veintena de jóvenes profesionales de todas procedencias (debutantes, refugiados, estudiantes extranjeros...) contratados en este hotel como refuerzo durante el certamen.
Durante una media hora, los jóvenes le hicieron preguntas sobre sus inicios, sus proyectos, la pandemia, el movimiento Black Live Matters e incluso sus pronósticos para la final de la Eurocopa.
Cuando le preguntaron por los intérpretes, dijo que “Denzel Washington es el mayor actor del mundo”, aunque también figuran entre sus favoritos los también estadounidenses Adam Driver, protagonista del musical “Annette”, en liza por la Palma de Oro, y Samuel L. Jackson.