Todo en “Willaq Pirqa: el cine de mi pueblo” funciona como un reflejo entre la ficción y la realidad. Para empezar, porque trata sobre un niño, Sistu, que descubre el arte del cine. Y el muchachito de la vida real que lo interpreta, Víctor Acurio, lo está descubriendo de alguna manera también: él confiesa que nunca antes ha entrado a una sala de proyección.
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“Esta función va a ser mi primera vez en un cine”, me cuenta minutos antes de que ingresemos a la presentación de la película, en la Sala NOS del CCPUCP, la noche del último domingo. Le pregunto cómo se siente y él dice que nervioso, aunque eso salta a la vista en su lenguaje corporal y en su timidez. “Sobre todo porque me voy a ver a mí mismo”, agrega.
“Willaq Pirqa” significa en quechua “pared que habla”, bonita metáfora para describir la magia que transmite una pantalla de cine. La cinta filmada en Cusco, enteramente en quechua, es dirigida por el cineasta ayacuchano César Galindo. Cuenta la historia del pequeño Sistu, quien vive en un remoto pueblo en los alrededores de Maras. Un día llega a la ciudad y queda fascinado con una humilde función ambulante de cine. Es así que tratará de convencer a su familia y amigos a que lo acompañen a reír con las películas de Chaplin, a asustarse “Drácula” o emocionarse con los filmes de Bruce Lee.
DESDE EL CORAZÓN
El Sistu de la película tiene 10 años, el Víctor Acurio que lo encarnó tenía 12 durante el rodaje, y el Víctor Acurio con el que converso ahora tiene 17. Cinco años han pasado desde que “Willaq Pirqa” terminó de filmarse, pero recién se ha podido estrenar en la sección Hecho en el Perú de esta edición del Festival de Cine de Lima.
Terminada la función del domingo, la ovación del público fue unánime. Porque es una película realmente conmovedora. Por momentos un drama intenso, y por otros comedia pura. Ya hay quienes la describen como una suerte de “Cinema Paradiso” andino, pero es mucho más que eso: un filme hecho con el corazón, que recurre a algo más elemental de la condición humana. Y lo hace dentro de una comunidad con pocos recursos, pero muchas ganas de expresarse en su propia lengua, de contar sus propias historias.
Víctor Acurio, el protagonista de la película, es el último de cinco hermanos, hijos de agricultores de Maras. Su protagónico en “Willaq Pirqa” lo obtuvo tras un casting en el que leyó un cuento y recitó un poema. Antes de eso, solo había hecho unos talleres en un teatro local. Y después de la película, tampoco ha vuelto a actuar. Hoy estudia mecánica automotriz en el Cusco.
¿Qué sintió luego de su primera vez en una sala de cine?, le pregunto al final de la función. “Emoción y tristeza”, responde él. “Porque todo lo que pasa allí es como lo que pasa en la vida real”, agrega. Y al fin y al cabo eso es “Willaq Pirqa”: la hermosa ficción sobre una realidad quechua que lamentablemente no acostumbramos ver. Pero que está allí para que la descubramos y nos emocionemos. No hay que perdérsela.
“Willaq Pirqa” podrá verse una vez más en el Festival de Cine de Lima. El martes 9 de agosto a las 8 p.m., en la Sala Armando Robles Godoy del Ministerio de Cultura.
La película de César Galindo tendrá su estreno comercial en salas de cine el próximo 29 de setiembre.