“Jack Kirby es el rey del cómics” es un axioma bien conocido para los fanáticos de las historietas. Pero el nombre de este artista, el prolífico cocreador de personajes como el Capitán América, los Cuatro Fantásticos, Thor, Hulk y los X-Men, es mucho menos reconocible por el público en general que su más célebre colaborador, Stan Lee, quien con sus icónicas apariciones en las películas de Marvel se tejió un lugar no solo en el Universo Cinematográfico de Marvel, sino también en la cultura popular.
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Pero ahora el nombre del comiquero tiene una nueva oportunidad para escucharse con la salida de la cinta “Eternals” este 12 de enero en la plataforma Disney+. Si bien no son sus creaciones más célebres, este equipo de superhéroes son considerados las creaciones más ‘kirbyescas’ del artista, al juntar su fascinación por la mitología y la ciencia ficción. Es así de fuerte la relación que incluso el presidente de Marvel Studios, Kevin Feige, dedicó la cinta a Jack Kirby, lamentando que la muerte del artista en 1994 le impidió ver el tremendo alcance que sus creaciones tendrían a nivel mundial en las siguientes décadas.
Pero el sentimiento, aunque noble, también ignora la espinosa relación que tuvo Kirby con Marvel Comics y otras grandes empresas de la industria, así como sus reclamos para ser reconocido por sus aportes para la industria que ayudó a construir. Aquí te contamos (brevemente) su historia.
Orígenes humildes
De forma similar a su icónica creación Steve Rogers/Capitán América, Jack Kirby nació el 28 de agosto de 1917 en el distrito de Nueva York Lower East Side, vecindario para la clase obrera. Jacob Kurtzberg, su nombre real, fue hijo de dos inmigrantes judíos austriacos, con su padre ganándose la vida trabajando en una fábrica textil.
Creciendo como pandillero durante los tiempos de la Gran Depresión, Jacob siempre tuvo la ambición por una vida mejor. Pero a diferencia de Steve Rogers, quien encontró en la fórmula del supersoldado la oportunidad de alcanzar su potencial, para la futura leyenda de los cómics tuvo que recurrir a sus habilidades artísticas.
Según el propio Kirby, fue un encuentro fortuito con una revista pulp de ciencia ficción - Wonder Stories, diciembre de 1932- la que cambió su destino: “Había llovido. Vi esta revista flotando en la canaleta y me lancé a por ella. ¡La portada era increíble! Nunca había visto nada igual, naves espaciales y ciudades fantásticas. En ese momento, algo se estimuló en mi cerebro”.
Un proclamado autodidacta, Kirby célebremente dijo: “Las (revistas) pulp fueron mis escuelas de escritura, las películas y las tiras de periódico fueron mi escuela de dibujo. Aprendí de todos lados”.
Horas largas y mala paga, el mundo de las historietas
En 1935, Kirby comenzó su primer trabajo formal como dibujante como parte del estudio de animación de Max Fleischer, ayudando en la animación de dibujos animados como “Popeye” y “Betty Boop”. Un año después, en 1936, empezó a trabajar para Lincoln News Syndicate, una compañía que ofrecía versiones ligeramente diferentes de tiras cómicas famosas a menor precio para los periódicos. Es así que no solo laboró como caricaturista político, sino que también nuevamente en Popeye, aunque esta vez su versión algo alterada de Socko, cuya única diferencia con el marinero era su poblada barba.
A la par con este trabajo, y demostrando lo mucho que necesitaba trabajar el artista para mantener a su familia, en 1938 Kirby empezó a trabajar en el estudio de Will Eisner y Jerry Iger, Eisner & Iger, donde realizó varios cómics de géneros como la ciencia ficción, western e historias de capa y espada bajo varios seudónimos como Jack Curtis, Fred Sande y Curt Davis.
No fue su único lugar de trabajo, y Kirby encontró empleo en el Fox Features Syndicate de Victor Fox, una empresa que producía tiras cómicas de baja calidad y precio, pero que fue una de las pioneras en los cómics de superhéroes que se habían popularizado a partir de 1938 gracias a la aparición de Superman en Action Comic #1.
Es justamente en esta empresa que la vida de Kirby volvió a cambiar, no solo al introducirlo al género de superhéroes con Blue Beetle, sino también al ponerlo en contacto con quien fue su primer gran socio, su editor Joe Simon, con quien entabló una amistad y relación de trabajo que duró una década y media.
Cuando Joe Simon abandonó las canteras de Fox en búsqueda de praderas más verdes, Kirby no lo pudo acompañar inmediatamente porque necesitaba la estabilidad económica que le ofrecía la empresa. Para trabajar en secreto con Simon, Jacob Kutzberg creó el sinónimo de Jack Kirby, el que continuó utilizando por el resto de su carrera.
Simon pronto encontró trabajo con el editor de revistas Martin Goodman y su recientemente creada compañía Timely Comics, la precursora de Marvel Comics, y logró que también contrataran a Kirby. Ahí el dúo creó varios personajes como Hurricane, Red Raven, Mercury y, por supuesto, su primer gran triunfo en la figura del Capitán América en 1941.
Sin embargo, los tremendos beneficios que proporcionó a la compañía el héroe patriótico no fueron compartidos con sus creadores, a quienes se les había prometido un porcentaje de las ganancias. Desilusionados por lo que consideraban un engaño, Simon y Kirby planearon pasarse a National Comics Publications - el precursor de DC Comics-, aunque en secreto ya que temían que Goodman no les pagaría si conocía sus planes.
Su temor fue acertado y cuando el empresario conoció de que Simon y Kirby lo pensaban abandonar, los despidió primero. En años posteriores, Kirby acusó al entonces asistente editorial de Timely Comics de haber revelado sus planes a su jefe, traición que el propio acusado negó y a la que Simon estuvo dispuesto a darle el beneficio de la duda. El nombre de este asistente era Stanley Martin Lieber, aunque la industria más lo conoce con el nombre de Stan Lee.
Su tiempo en National Comics fue fructífero, aunque quizás no tan memorable, con el dúo creando a héroes como el detective convertido en vigilante Manhunter, así como títulos protagonizados por niños como los patrióticos Boy Commandos y la Newsboy Legion.
Esta labor fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, donde tanto Simon como Kirby fueron puestos en roles militares. Kirby en particular fue reclutado al ejército en junio de 1943, y en agosto de 1944 llegó a Europa como parte de las compañías a cargo del general George S. Patton, donde vio combate e incluso estuvo a punto de perder sus piernas por un caso de hipotermia.
Regreso a casa
La guerra no solo dejó traumas en la vida de Kirby, sino que cambió completamente las preferencias del público lector de cómics, quienes abandonaron las historias de superhéroes por otros géneros. Es así que Simon y Kirby trabajaron en historias de crimen, horror, vaqueros, bélicas y hasta fueron precursores de las tiras cómicas de romance, con diversos grados de éxito.
Pero para la década de los 50 el panorama de los cómics había cambiado aún más en los Estados Unidos: un pánico moral desencadenado por la publicación del libro “La seducción de los inocentes” del psiquiatra Fredric Wertham había volcado la opinión pública contra la industria de historietas, causando la creación de un órgano de censura llamado la Autoridad del Código de Cómics y que varias de las editoriales más pequeñas tuvieran que cerrar las puertas. Otra de sus víctimas fue la asociación entre Kirby y Simon, luego de que este último quisiera probar su suerte en la industria de la publicidad.
Kirby mientras tanto continuó su carrera en las historietas cómicas, trabajando ocasionalmente con Atlas Comics, el nuevo nombre de Timely Comics, y frecuentemente con National Comics. Entre las series más notables que realizó con el predecesor de DC estuvo la historieta de ciencia ficción “Challengers of the Unknown” - cuyos cuatro protagonistas tienen más que una similitud con los próximos a crearse Cuatro Fantásticos - y “Sky Masters of the Space Force”, esta última la cual causó un problema contractual que llevó a que Kirby se alejara de la compañía durante años. Para 1959, Kirby trabajaba casi exclusivamente para Atlas, donde trabajó en títulos como “The Creature From Krogarr” y “The Escape of Monsteroso”.
¿Quién le salvó el trasero a Marvel?
La crisis de los 50 no dejaron intacta a la compañía que se convertiría en Marvel y cuando comenzaron los 60 era obvio que se necesitaba hacer algo para evitar cerrar la compañía. Aquí entra un poco una narrativa al estilo de “Rashomon”, ya que si bien es fáctico que Stan Lee y Jack Kirby estuvieron en el centro del renacimiento de este género en la compañía, las circunstancias cambian de acuerdo a quien se lo preguntes.
La versión de Stan Lee
La primera versión, la de Stan Lee, involucra al todavía jefe de Atlas, Martin Goodman. En 1961 el empresario se había enterado por parte de su rival y colega Jack Liebowitz que DC se preparaba para lanzar la Liga de la Justicia, conformada por sus populares héroes Batman, Superman y Wonder Woman. Al no ser una persona a la que le avergonzaba copiarse las buenas ideas, le ordenó a Lee idear una historia de un equipo de superhéroes.
“Martin Goodman dijo ‘bueno, quizás deberíamos hacer un equipo de superhéroes’. Y cuando decía ‘quizás deberíamos hacer algo’, era una orden”, señaló el legendario editor en el libro “Marvel: Five Fabulous Decades of the World’s Greatest Comics”. “Fuí a casa y escribí un esbozo de dos páginas que se lo envié a Kirby. Hablamos de eso y él fue a casa y lo dibujó. No sabíamos que lo que estábamos haciendo era algo que sería casi histórico. Pero eso sería otra historia”. El resultado serían los Cuatro Fantásticos, cuatro héroes con distintos poderes que sirvieron para revivir la era de superhéroes en Marvel.
La versión de Jack Kirby
Jack Kirby en cambio describe una situación más desesperada. Según su testimonio, en 1961 Goodman ya estaba listo para retirarse del negocio de los cómics y las oficinas de Atlas ya no contaban con muebles.
Kirby señaló que encontró a Stan Lee en su oficina llorando amargamente por el final de la compañía. El artista le pidió a Lee que convenciera a Goodman que aguantara un poco más mientras intentaban dar con la fórmula ganadora. Uno de sus intentos fue los Cuatro Fantásticos, un título que modernizaba la fórmula ya antes utilizada en “Challengers of the Unknown” al combinar superhéroes con romance, monstruos y operetas espaciales. Fue un éxito inmediato.
“Yo le salvé el trasero a Marvel”, dijo en una ocasión el comiquero.
Sin importar cuál versión sea la más creíble, los resultados de ambas fueron las mismas. Marvel encontró un nuevo rumbo con las historias de superhéroes y la colaboración entre Stan Lee y Jack Kirby se volvió una de las más fructíferas de la empresa, creando personajes como Hulk, Thor, Spider-Man, Nick Fury, Iron Man, Avengers, Ant-Man, Silver Surfer, Black Panther, los X-Men, entre otros. El peculiar estilo del artista también se convirtió en sinónimo de Marvel y es hasta ahora reconocible incluso por aquellos con solo un interés pasajero por las tiras cómics.
Y si bien la creencia es que Stan Lee era el hombre de las ideas, mientras que Kirby era el ilustrador, el biógrafo de Kirby Tom Scioli sostiene que su contribución a estos personajes era mucho mayor. “Kirby no solo estaba tomando dictado mientras Stan Lee creaba estas increíbles ideas. Aportaba al menos el 50%, tal vez más, a las ideas, las historias, el mundo. Era un genio a su manera”, sostuvo en diálogo con Polygon.
La falta de reconocimiento por su trabajo y la prominencia mediática de Stan Lee llevaron a que Kirby volviera a los brazos de DC Comics en 1971. Su trabajo en la compañía se enfocó en una saga a la que se conocía como el Cuarto Mundo (Fourth World), la cual giraba en torno a los Nuevos Dioses (New Gods), poderosos extraterrestres que se enfrentan en una titánica batalla entre el bien y el mal representados por los planetas New Genesis y Apokolips, liderados por el Highfather y Darkseid respectivamente.
Aunque la saga quedó inconclusa, los conceptos fueron reciclados por Kirby en los Eternals, luego que conflictos con DC Comics lo obligaron a regresar a Marvel nuevamente en 1976. En los cómics, los Eternals son una versión de la humanidad experimentada hace miles de años por los Celestials, una raza de extraterrestres omnipotentes que se convirtieron en parte esencial de la mitología de Marvel. La longevidad y poder de los Eternals ha llevado a que no solo sean los protectores de la humanidad, sino que también los confundieran por dioses a lo largo de los siglos. Su retorno a Marvel fue efímero, y para 1979 Kirby comenzó a trabajar con el estudio de animación Hanna-Barbera.
En 1981 volvió a los cómics, enfocándose en editoriales independientes y creando tiras cómicas como “Captain Victory and the Galactic Rangers” y “Silver Star”. A mediados de los 80 también trabajó nuevamente con DC Comics en nuevas historietas del Cuarto Mundo.
Más conocido fueron sus públicas peleas con Marvel para recuperar el arte que hizo para la empresa. A pesar de que solo logró recuperar menos de dos mil piezas, una fracción de lo que pedía. La gresca también sirvió para levantar el perfil del veterano artista y recalcar el papel central que tuvo en el mundo de las historietas cómicas, ganando el apelativo del “rey del cómic”.
Tras su muerte en 1994 por un ataque al corazón, los herederos de Kirby demandaron a Marvel en 2010, una larga batalla legal que llegó a su fin en 2014 por una suma no revelada. Si bien sus creaciones han cobrado vida en las últimas décadas, el estreno de la película “Eternals” es la primera vez que unos de ‘sus hijos más queridos’ llegan a la pantalla grande.
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