Un excéntrico romance como el de Alessandra Pinasco y Frank Cebreros solo podía terminar manifestándose en arte. Y es que, si bien sus caminos comenzaron en distintos rubros, el tiempo logró unirlos cuando se conocieron como parte de la producción de un concierto, allá por el año 2004. Ambos tenían maneras distintas de ver el mundo, pero esa fricción fue la que hizo que se entreguen mutuamente a algo tan inesperado y real.
Es de este vínculo que nace Hertz, agrupación musical que empezó hace 16 años cuando ambos realizaron la banda sonora de “Lost and Found”, el poemario de Alessandra, en el que emularon la identidad de varias bandas inexistentes.
Ese gusto por la ficción dio forma a la banda Hertz, cuyo nombre es un juego de palabras alude a la pronunciación de “corazón” en alemán. Así, surgieron estos personajes de naturaleza antagónica, interpretados por Pinasco y Cebreros: una humana que canta, toca el piano y la guitarra entonando historias del amor mundano; y un androide que opera dispositivos electrónicos –sintetizadores, secuenciadores, theremin, samplers, vocoder, controladores–, que es racional y aparentemente inexpresivo.
Con el pasar del tiempo, y durante su estadía en Cusco por ocho años, es que “Ciencia y ficción” llega a producirse. Un disco que explora el amor, los desencuentros y la comunicación a través del lenguaje musical y la metáfora de un romance entre una humana y un robot. “Vivimos en un mundo con muchos estándares sobre cómo debemos ser. Entonces buscamos cuestionar la figura de la máquina que no siente y el humano que constantemente se equivoca”, cuenta Frank.
Al querer mantener la fidelidad del espíritu de la música, las canciones se grabaron durante dos conciertos en vivo. “Siempre improvisamos en nuestras presentaciones, puesto que Hertz se alimenta del público, sin la interacción de las personas no podríamos interpretarlas de la misma manera”, agrega. “Precisamente yo le preguntaba a Frank si todo saldría bien antes de entrar al escenario, a lo que él respondía que todo saldría mal, y ambos reíamos”, cuenta Alessandra.
“Ciencia y ficción” es sentimiento y electricidad, además de ser un relato que parece sacado directamente de una novela de Isaac Asimov; es un álbum de música experimental que realiza una oda a los errores. Como es en el caso de “Kittenfeet”, una de sus canciones que no cuenta con sonidos vocales, sino que únicamente se deja llevar por las teclas del piano como si de las patitas de un gato se tratara.
Es así que, entre las oscilaciones y modulaciones de las ondas sonoras producidas por los artilugios electrónicos del androide y los sonidos orgánicos que emergen de los instrumentos acústicos y eléctricos de la mujer, algo ocurre. Hertz es precisamente sus personalidades llevadas al extremo, y para ellos, la música es eso que ocurre cuando dos seres no se miran, porque simplemente no pueden dejar de mirarse.
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