Parece mentira, pero ya son 10 años sin tener un disco de Pauchi Sasaki (Lima, 1981). Parece mentira, decimos, porque desde sus elogiados álbumes “Yuyu” (2007) y “KoPpu” (2011) en realidad la talentosa artista sí se ha dejado escuchar en diversos proyectos en los que ha estado involucrada, especialmente sus colaboraciones musicales para diversas películas peruanas.
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Por eso tiene pleno sentido que su nueva producción, “Yaqulla”, provenga justamente de la pantalla. Porque este tercer álbum es una recopilación de los temas que Sasaki ha compuesto para el cine. Son 20 ‘tracks’ sacados de 7 filmes: el cortometraje “Pescar dos veces” (2010), de Salvador del Solar; “NN” (2014), de Héctor Gálvez; “Climas” (2014), de Enrica Pérez; “Deliciosa fruta seca” (2017), de Ana Caridad Sanchez; “El viaje de Javier Heraud” (2019), de Javier Corcuera; “Canción sin nombre” (2019), de Melina León; y “Las colmenas” (2020), de Luis Basurto.
Publicado el último domingo 19 de diciembre –día del cumpleaños 40 de Sasaki–, “Yaqulla” es un disco que sorprende porque, a pesar de haber sido gestado por vías separadas con cada filme, ostenta gran coherencia y personalidad, como si se tratase de un conjunto que hubiese ido cuajando a lo largo de una década.
“Lancé este disco como una especie de reflexión personal. Porque cumplí 40 años y estos últimos 10 han sido unos años muy ajetreados –cuenta la compositora–. Además, me di cuenta de que cuando conjugaba estos temas parecían hablar un mismo idioma: un sonido peruano, pero atemporal y estilizado. Con un manejo peculiar del tiempo, con respiraciones pausadas, muy contemplativo. Y entendí que tenía un disco, que había un lenguaje”.
EN CONSTRUCCIÓN
“Yaqulla” se escucha como un trance sonoro en sí mismo, pero en el que los oídos atentos podrán rastrear algunos momentos de nuestra producción fílmica reciente. Allí están las cuerdas plañideras en “Canoa” de “Canción sin nombre”, el piano que impone su misterio y angustia en “Camino a Huaraz” de la película “NN”, o el viento de las zampoñas como incitación a emprender un viaje en “Camión”, tema de la cinta “Climas”.
El método de Pauchi Sasaki para componer estas bandas sonoras parte siempre de un proceso uniforme: el estudio minucioso de los personajes principales de cada película, como una forma de transmitir aquello que no se infiere ni del texto del guion, ni de las acciones, ni de la cinematografía. “Apunto a identificar qué es lo que siente esa persona protagonista, qué es lo que necesita que yo diga por él o por ella”, explica la artista sobre el primer paso de su trabajo.
En paralelo, está el diálogo con el director o la directora detrás. “Normalmente entablamos conversaciones que duran meses –dice Sasaki–. Son muchos los casos en que los músicos y los directores terminan peleados. No por mala leche, sino porque no hay un lenguaje común. Por eso a veces surge la necesidad de un intermediario, alguien que maneje ambos lenguajes. En nuestro caso, que hacemos cine independiente, no existe ese eslabón. Por eso es tan importante conversar con los cineastas, para que puedan darme palabras, sensaciones, pistas que me guíen al momento de traducir sus ideas a música y atmósferas”.
Y en última instancia está el proceso del ‘spotting’, en el que se decide en qué parte de las películas se colocarán las partituras y sonidos. “Una peculiaridad de mi proceso es que soy un poco ‘old school’ porque, aunque ya no grabamos por rollos como cuando se trabajaba con celuloide, yo he seguido grabando por segmentos de 20 minutos. Eso es algo que se ha quedado dentro de mi proceso creativo”, revela Sasaki.
ENTRE DOS TIERRAS
Al igual que sus anteriores álbumes, “Yaqulla” ha sido publicado en la plataforma Bandcamp, utilizada principalmente por artistas independientes. Sin embargo, Sasaki afirma que está preparando una estrategia para trasladar toda su discografía a Spotify y otros sitios de streaming este 2022.
Volviendo a lo estrictamente musical, también vale destacar que las películas en las que ha trabajado Pauchi se ambientan en costa, sierra y selva, detalle que les imprime un sonido inherentemente peruano, aunque también beban de la sensibilidad nikkei de su creadora, como ella misma refiere: “Creo que estos temas tienen algo que en japonés se conoce como Ma. Es una estética o un espíritu que representa el espacio entre las cosas. Un momento en el que no pasa nada, pero que uno contempla. Y yo siento que el sentido del Ma es también muy andino, por eso el disco es una a la vez una forma de entender mi biculturalidad peruano-japonesa”.
De allí que el título del álbum, “Yaqulla”, sea el término quechua para la palabra manto. “Como siempre desarrollo esta relación muy íntima con los personajes de las películas, entonces siento que los estoy cubriendo con un manto de música –explica Sasaki–. Los arropo, los protejo, les doy cariño para que sientan que alguien los está comprendiendo”. Un sentido afectivo que este poderoso disco transmite desde la primera escucha.
El dato
- “Yaqulla” de Pauchi Sasaki puede escucharse gratuitamente en la plataforma Bandcamp.
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