Unos pocos años tocando juntos y, cuando estuvieron en la cima, se disolvieron. Pero entre Los Fuckin Sombreros, aun separados, la amistad se mantuvo. “Si no, no nos juntaríamos”, dice Pipe Villarán a El Comercio a propósito de la reunión que tendrán. La Lima que vio el lanzamiento del álbum era distinta. Por aquel entonces la radio era un impulso mayor para la carrera de los artistas de lo que es ahora. Varias tiendas de discos todavía no cerraban y, a falta de Spotify o YouTube, estaban Ares y el eMule para conseguir los mp3 de los últimos éxitos.
Y entre la oferta musical estaba “Bazuka!” (2002), rock clásico, con fuertes influencias de rockabilly. Rock para bailar, por así decirlo. El público, las radios y en general los medios de comunicación respondieron bien al álbum debut y la banda, en sus mejores épocas, tocaba todos los fines de semana. Cuando llegó el cuarto álbum, “Always On My Mind” (2007), el proyecto se disolvió y cada uno hizo su carrera por cuenta propia, pero siempre junto a la música. Desde entonces han vuelto en tocadas esporádicas, destellos que se van tan rápido como aparecen.
¿Podría haber surgido un disco así de clásico en este 2022, de TikToks y challenges? “El ‘Bazuka!’ es una muestra de nuestros gustos en ese momento, de lo que sentíamos, de cómo componíamos. Entonces, (hoy) saldría algo completamente distinto. Lo que me gusta del ‘Bazuka!’ Es que es un gran testamento de esa época”, cuenta el integrante Francois Peglau.
Ante los 20 años del primer disco, El Comercio conversó con Pipe Villarán (primera guitarra, voz), Francois Peglau (segunda guitarra, voz) y Arturo Ríos (batería). El cuarto miembro, Miguel Barreto (bajo), se encontraba fuera del Perú, pero volverá para la gran noche. Aquí, un extracto de una conversación con nostalgia, humor y, sobre todo, amor por la música.
EC: ¿Qué es lo que han estado haciendo todos estos años desde la separación?
Arturo: Yo he seguido en la música también, todos estos años, tocando con distintas bandas. Y aparte, con mi trabajo como diseñador gráfico y dibujante.
Pipe: Seguí con la música, con mis bandas. Ahora estoy con la Smoking Pipe Band y he sacado discos y tengo conciertos. Estoy muy contento.
François: Y yo tuve mi proyecto solista desde que me fui a Londres. Y ahora toco el piano en un bar.
Arturo: Y vende churros en El Peruanito [todos ríen].
EC: ¿Y cómo están de ánimos? Porque no han sido épocas fáciles.
Arturo: Para la juntada musical, el ánimo siempre está presente. Nosotros siempre hemos tenido ganas de volver a tocar juntos. Nos hemos tomado nuestros espacios por los proyectos personales de cada uno, pero siempre es un gusto volver a juntarnos. Yo creo que en verdad nunca fue un adiós, siempre fue un “hasta luego, nos vemos al rato”.
Pipe: Yo estoy muy contento, nunca he dejado de estarlo. La pandemia fue una mierda, pero ya pasó y aquí estoy.
François: Yo creo un poco que el feeling para reunirnos también fue darte cuenta que mucha gente cercana ha muerto, y que nuestro tiempo es corto. Sentíamos que valía la pena hacerlo una vez más antes de que…
Pipe: Antes de que tengamos sesenta [risas].
François: Antes de que tengamos sesenta o que Pipe ya no pueda caminar [risas] y queríamos evitar esos temas.
Arturo: Antes de la artritis.
Pipe: O que tenga que usar una bolsa estomacal.
EC: Revisando el archivo del diario, veo que describimos a esa época, el 2002 y 2003, como “el renacimiento del rock peruano”. ¿Pero de verdad fue así?
Pipe: Nunca murió el rock peruano.
François: Yo creo que en ese momento estaba muy fuerte el punk, el new metal y, claro, nosotros estábamos haciendo un poco de rock and roll, había mucha influencia del rock. Entonces, eso podrías decirlo como una forma de que “oye, mira, es un ejemplo más del renacimiento”, porque había otras bandas que hacían lo mismo. Aunque no eran muchas, ¿cierto? Éramos nosotros y Turbopótamos.
Pipe: Yo lo que percibo, como una retrospectiva, es que la paleta de colores del rock peruano, si quieres, era bien monótona. Eran new metal y punk, digamos. Y no había nada más. Y toda la gente cantaba achorada, todos parecían molestos. Nosotros, de alguna manera sí, fuimos como una bocanada de aire fresco.
EC: Bueno, había razones de sobra para estar molestos, ¿cierto?
Pipe: Claro, pero yo no me refiero a molestos de que la sociedad es una mierda y el mundo se va a acabar. Me refiero a la parte musical, a cantar achorado y que tu letra sea “p*ta madre, todo es una mierda” [Pipe dice esto imitando una voz gruesa, como cantante de metal], y en las fotos sales asadazo, porque eres metalero. Entonces, esa huev*** como que nos llegaba un poco. El rock and roll es bailable, siempre ha sido alegre. Si no lo puedes bailar, no es rock and roll.
François: Además, el new metal y el punk venían un poquito del final del fujimorismo, de todo eso. Creo que ya también había una época de optimismo, ¿no? O sea la democracia, la gente quería escuchar un poquito cosas más melódicas, más bailables como dice Pipe. Y somos parte de eso y después, mucho después, a mitad de la de esa década y ya empezaron a salir otras cosas. Un poquito cambió el chip de todo el mundo. Todos nos volvimos un poquito más optimistas.
Pipe: Siento que nosotros tuvimos que ver un poco en eso. Después de nosotros, como que hubo muchas más bandas de “rock and roll” entre comillas, no heavy metal ni punk. Ya no tenían miedo a hacer melodías, hacer estribillos pegajosos y cosas así, sin ser “fresa”.
EC: Recuerdo cuando estaba en el colegio, en el 2002 o 2003, y llegaba a mi casa, ponía Studio 92 y los escuchaba a ustedes. ¿Significó mucho para Los Fuckin Sombreros sonar en la radio?
Arturo: Sonamos en la radio, ¿no? Es verdad. Siempre viene bien el tema de la radio. Sin embargo, creo yo, no era como un objetivo absoluto. Si la radio está con nosotros, perfecto. Y si no, continuábamos nuestro camino sin ningún problema. Más aún que, aunque esto llegó después de la separación de la banda, llegaron recién las redes sociales y todo eso.
Pipe: Siempre la radio te da un empujón importante.
Arturo: Siempre viene bien.
François: Bueno, venía bien. Ahora… (risas)
Pipe: Las redes sociales han reemplazado un poco a la radio.
EC: ¿Podríamos decir ahora que los challenges de TikTok, o TikTok en sí mismo, es lo que ha reemplazado el empujón de la radio?
François: No necesariamente eso, pero sí, las redes sociales en general [son un empujón]. No creo que todo el mundo que hace un proyecto musical está haciendo challenges de TikTok. Están en TikTok probablemente, pero no haciendo challenges. Ahora están haciendo estos reels de “hola, ¿Cómo estás? Me llamo no sé qué…” [imposta la voz]. Pero cada época tiene su propio medio, ¿no? La radio ya creo que ya fue. O sea, no tiene el poder de antes y ahora es un mundo un poquito más fragmentado, más con nichos. Pero en su momento, la radio todavía era poderosa en los principios del 2000. Y en esa época nos ayudó, yo me acuerdo, Radio América.
Pipe: Jammin fue importantísimo en el comienzo, porque cubrió todos los espacios que no tenían las bandas. Porque una cosa es ver a la banda en una foto de El Comercio y otras es ver a la banda tocando. Y tocando en un set de televisión, con una propuesta como la que tenía Jammin [de Movistar] cuando lo conducía el Edu [Saettone], era genial. Eso nos ayudó muchísimo. Agarramos muchísimo público.
Arturo: Además, el Jammin le permitía la banda demostrar toda su artillería en vivo.
Pipe: Había buen sonido.
Arturo: No era como, antiguamente, solo playback. Me acuerdo, varios años antes, con La Liga del Sueño, por ejemplo, tuvimos que hacer muchos playbacks. En cambio rompió con todo eso y nos permitió mostrar a la banda en vivo.
EC: Aparte, que la banda saliera en televisión ayudaba a que tuviesen más experiencia (musicalmente).
Pipe: No sabemos bien por qué, pero desde que la banda salió parece que ya tenía público, parece que ya tenía la atención de los medios.
François: Tuvo un buen inicio. La verdad es que la historia de la banda fue muy corta. Para el último disco, ya veías que estaba súpermadura la cosa. O sea, me acuerdo que tocábamos un lunes en la noche no se por qué, y decíamos “no va a venir nadie” y estaba lleno. Y estaba como “oe, qué pasa” [imposta la voz].
Pipe: Si los Fuckin hubieran seguido y hubieran logrado la transición hacia las redes... Porque Inmediatamente después que terminamos comenzó Facebook, YouTube, Instagram. Y también comenzaron los festivales, los grandes festivales. Los Fuckin no tuvimos esa ventana de oportunidad de tocar delante de 10.000 o 15.000 personas. Si hubiéramos llegado a eso, estaríamos quizás hablando de unos Fuckin Sombreros bastante más populares de lo que somos ahora.
EC: Justo también desde su separación empezaron a haber más conciertos internacionales.
Pipe: Nosotros nos fuimos cuando comenzó la fiesta, digamos.
EC: Me imagino hubieran podido ser teloneros de, por ejemplo, Kiss o Guns N’ Roses.
Arturo: En verdad hubiese podido pasar de todo. A mí me parece interesante toda esta especie de multiplicación de la banda a raíz de las redes sociales. O sea, nos fuimos y no existía YouTube*. Llegó YouTube y se empezó a compartir por todos lados la música. Había cada vez más gente. Yo decía qué pena que esto no pasó cuando estábamos en el ruedo.
[Nota del redactor: YouTube empezó en 2005, dos años antes del final de la banda].
François: Cada cosa tiene su tiempo. Hasta tuvimos gira en México, nuestra tan popular gira en México que abrió muchas puertas…
Arturo: Sobre todo la puerta del taxi.
Pipe: La puerta de salida [risas].
François: Pero creo que el tiempo de los Fuckin fue el tiempo correcto y no te vas a poner a llorar sobre la leche derramada. Estuvo bien, y en verdad la movida empezó a ir a otro lado. Todo cambia, todo evoluciona, y creo que nosotros en nuestra vida hemos hecho lo mismo.
EC: Y queda la amistad, ¿cierto?
Pipe: Si no, no nos juntaríamos.
François: Por el dinero, nada más (risas).
EC: En cierto modo me siento un poco mal hablando con ustedes del pasado cuando ustedes están presentes, están vivos. ¿Después de esa reunión de 20 años hay más planes para los Fuckin?
Pipe: Paso por paso.
François: Bueno, vamos a editar un álbum para señores mayores…
Arturo: De la sección geriátrica [risas].
Pipe: No estamos seguros.
François: Siempre hemos hecho nuestras reuniones como un solo disparo, de ahí cada uno tiene su vida. Además, Miguel sigue viviendo fuera. O sea, esta es la oportunidad de vernos antes de la silla de ruedas.
Fecha: 10 de junio
Dirección: Jirón Carabaya 815 - Plaza San Martín (Cercado de Lima)
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