La emergencia sanitaria se encendió cuando muchos colegios habían empezado su primera semana de clases, a mediados de marzo pasado. Tras el regreso a casa, a las vacaciones fortuitas les siguió un tiempo de incertidumbre y reacomodo, con marchas forzadas hacia la transformación digital, aunque a diferentes velocidades según cada colegio. En un país de profundas desigualdades, se abrieron más aún las brechas entre las instituciones mejor preparadas tecnológicamente y las menos capaces de conectarse, entre escolares que disponían de computadora y señal de Internet en casa y estudiantes que solo podían contar con el celular de sus padres. Con el proceso de matrícula en los colegios a punto de comenzar, vale la pena preguntarnos qué hemos aprendido del feroz año pasado antes de comenzar un nuevo período escolar que, según todos los indicadores, será en buena parte también virtual.
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Recluidos y estresados
Así, por un lado, tenemos a estudiantes que han sufrido de reclusión, con espacios de socialización perdidos, a quienes el estudio en línea ha generado comprensible estrés. Por otro, docentes que, en buena parte, no estaban preparados para un tránsito abrupto hacia lo digital, bajo la presión de padres que no necesariamente comprenden o valoran su trabajo. “Creo que ellos son los verdaderos héroes de todo esto”, señala Fernando Esteves, gerente general de Editorial Santillana en el Perú. Para el especialista uruguayo, a la falta de una debida valorización del trabajo del maestro, se suma el reto de mantener a los chicos atentos en el nuevo formato de clases mientras sufren la carencia de recursos materiales y tecnológicos.
Para Verónica Murguía, vicepresidenta de la Asociación de Promotores de Educación Inicial del Perú, ciertamente en marzo la crisis sanitaria dejó a todos atónitos antes de enfrentar la nueva coyuntura. “Muchos de los colegios tuvieron que adoptar un sistema remoto eligiendo una plataforma que les permitiera llegar al alumno y a sus padres de una manera directa. Conseguirlo de la noche a la mañana no fue nada sencillo”, afirma.