Esta es una imagen como pocas: estremece su presencia y, desde el plano artístico, sorprende su ejecución. Obra del artista catalán Pedro de Noguera, la escultura del Cristo del Descendimiento que por estos días descansa en una capilla de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, en el Conjunto Monumental San Francisco del Centro de Lima, será protagonista de la exhibición fotográfica “Siglos de fe. La Cofradía de la Soledad y la Semana Santa de Lima”. La muestra, que nos introduce en una ceremonia íntima que se realiza desde el siglo XVII y cuyos momentos cruciales han sido captados por el lente de Pancho Rodríguez, se inaugura el viernes 18 en los exteriores del parque La Muralla.
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El Oficio del Descendimiento, como se le llama a esta ceremonia, está a cargo de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, fundada en 1571 por un grupo de sevillanos y reconocida canónicamente el 13 de abril de 1603. Está integrada por 40 hermanos, a los que se suman los cuerpos de nazarenos, penitentes y manolas que acompañan la procesión.
Rafael Andrade, hermano mayor de la Cofradía, explica que este es un acto litúrgico que conmemora lo que según las sagradas escrituras ocurrió con Jesús tras su crucifixión: “Cuando llegan los santos varones y piden permiso a Pilatos para poder descender el cuerpo de Cristo de la cruz y darle sepultura. Hecho esto, ellos lo ungen junto con las santas mujeres (María de Cleofás, María Magdalena y la Virgen María), con hierbas aromáticas –nosotros agregamos romero para darle un toque más latino– y luego el Cristo es llevado a sus andas para la segunda parte de la ceremonia, que es el traslado a la sepultura. Esa es la procesión del santo entierro del señor Jesucristo, que recorre las principales calles de la ciudad”.
Luis Martín Bogdanovich, gerente de Prolima, explica que esta es una práctica recuperada por los hermanos soleanos y constituye hoy en día en una de las más vistosas y tradicionales prácticas devocionales del Centro Histórico de Lima. “Es una ceremonia única que se desarrolla en Viernes Santo con la misma solemnidad de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén”, añade, recordando que este oficio ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación junto a la Semana Santa de la ciudad, como parte de la implementación del plan maestro del Centro Histórico de Lima. Sobre el carácter íntimo de la ceremonia, reconoce -al igual que Andrade- que el oficio del descendimiento se realiza de manera privada debido al tamaño de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, que al ser muy pequeña cuenta con un aforo reducido, lo que impide el acceso de los fieles.
Joya escultórica
Bogdanovich detalla que el Cristo de Noguera, ejecutado hace 400 años, es una escultura de madera, encarnada y policromada articulable, es decir, que cabeza y brazos son móviles: puede adaptar la posición yacente, como se encuentra durante todo el año en su capilla sepulcro, y también crucificada, con la cabeza reclinada y los brazos abiertos, tal como se le coloca el miércoles antes del inicio de la Semana Santa.
“El escultor quiso representar a Jesucristo de manera excepcional, con detalles de gran virtuosismo técnico, en su complexión física, rostro, articulaciones y venas, así como en los pliegues del paño del pudor”, detalla el arquitecto e historiador del arte.
Rafael Andrade, por su parte, coincide en que esta joya del barroco limeño, hecha en tamaño natural (mide 1,70 m), tiene un gran valor artístico, pero también religioso. “Contemplarlo y ver el rictus de la muerte en su rostro es impresionante, pero también te refleja paz, tranquilidad. Lo tratamos con mucho respeto y amor, como si fuese una persona viva, igual que a la Virgen de la Soledad que la tenemos en nuestro retablo mayor”, señala.
“Para mí es muy significativo hacer esta muestra fotográfica porque voy a tener la oportunidad de mostrar al público una ceremonia muy íntima que se realiza a puerta cerrada y en la que solo participan los miembros de la iglesia y de la cofradía”, explica Pancho Rodríguez sobre esta exposición, que es un esfuerzo conjunto de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Prolima. Sus imágenes en blanco y negro envolverán al espectador en un ritual de siglos, entre la devoción de mujeres con mantillas, túnicas y escapularios. Toda una expresión de fe.
EL DATO
Lugar: parque de La Muralla. Dirección: Jr. Amazonas esq. Jr. Lampa, Cercado de Lima. Temporada: del 18 de febrero al 17 de abril. Ingreso libre.