Es una de las obras más importantes del Siglo de Oro Español y su autor Pedro Calderón de la Barca es considerado el último gran escritor de un periodo que abarcó alrededor de doscientos años, el doble de lo que el nombre sugiere. Casi cuatro centurias después de haber sido escrita, ¿cuáles son las claves que han hecho de “La vida es sueño” un clásico de la literatura universal? Quizás su mayor virtud es la atemporalidad de los cuestionamientos que plantea que han hecho posible la vigencia de esta pieza teatral a través de múltiples versiones. Esta semana llega al Teatro Municipal una nueva lectura de la historia protagonizada por Segismundo, el príncipe condenado al cautiverio por su propio padre, el rey Basilio. Motivado por el temor que le ha infundido una profecía, el soberano de Polonia mantiene en secreto la existencia de su único hijo, sin sospechar que sus actos propiciarán el cumplimiento de esta. Jean Pierre Gamarra, director del montaje, hace énfasis en este punto al sostener que la obra, más allá de la predestinación y el libre albedrío, atraviesa el tema de las malas decisiones de los poderosos y convierte al caos que vive el pueblo en la gran línea que actualiza la puesta. “El desconcierto que vive Polonia en la obra tiene absoluta relación con el caos que se vive aquí y en otras naciones en las que los gobernantes se equivocan demasiado”. A través de carteles, el coro de la obra le da voz a ese silencioso desorden del que no se habla literalmente en la obra, pero que está instalado desde el momento en que el rey pretende que su sobrino Astolfo asuma el trono en vez de su hijo, el verdadero heredero.
“El desconcierto que vive Polonia en la obra tiene absoluta relación con el caos que se vive aquí y en otras naciones en las que los gobernantes se equivocan demasiado”
Adaptación ecléctica
“Siempre se ha interpretado a Segismundo como un adulto, pero él creció en esas circunstancias y yo he querido explorar el tema del niño y adolescente que ha vivido encerrado”, comenta Gamarra, quien ha ahondado en el lado emocional del protagonista, al que ve no como el hombre fiera con el que comúnmente es representado sino como un joven inocente e inofensivo al que le han hecho creer que es un salvaje que merece estar encadenado. “Es por eso que este espectáculo no muestra una sola cadena. Las cadenas de Segismundo son invisibles. No tienen que ser físicas para pesar”, apunta.
La obra protagonizada por Fernando Luque (Segismundo), Leonardo Torres Vilar (el rey Basilio), Maria Grazia Gamarra (Rosaura) y Roberto Ruiz (Clotaldo), le imprime una mirada personal a “La vida es sueño” que asombra apenas esta empieza. La irrupción de un auto que choca sobre el escenario le da la bienvenida al público y nace de las palabras “hipogrifo violento” con las que el texto de la obra inicia. Esta figura retórica es utilizada por el director para interpretar libremente los hechos. “Algo que me fascina, además del arco dramático de esta pieza, es la exacerbación de la palabra, de las metáforas que se usan y llevan a un extremo cada situación y elemento. Este montaje pretende hacerle justicia no solo a Pedro Calderón de la Barca sino a esa visión del estilo barroco al que el autor perteneció”, remarca.
Otro momento sublime creado en esta versión es el vuelo que experimenta Segismundo tras su regreso al encierro, luego de haber vivido algunos momentos como príncipe, y que lo hacen confundir la realidad con los sueños. “Cuando vuelve a su prisión, él imagina que tiene alas con las puede volar hacia su verdadera libertad. Es en ese momento donde recita el famoso y reflexivo monólogo donde se pregunta ¿qué es la vida? y que da nombre a la obra”. Sin duda se trata de una versión ecléctica y la vez desgarradora de un clásico que no deja de sorprender.
Lugar: Teatro Municipal de Lima. Dirección: jirón Ica 377, Centro Histórico de Lima. Estreno: 7 de octubre y va hasta el 23 de octubre. Temporada: de jueves a sábados, a las 8 p.m. y domingos a las 7 p.m. Entradas: Joinnus.
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