El actor Julián Gil ha tenido un año lleno de conflictos legales que parecen no tener fin. El intérprete de 49 años sostiene un pleito con su ex pareja, Marjorie de Sousa, por la custodia y manutención de su hijo Matías desde hace tres años; y ahora se enfrenta a un problema legal con las autoridades de Miami.
La Comisión del ayuntamiento de Miami está valorando en eliminar un enorme mural con la bandera de Puerto Rico, pintado sobre la fachada del restaurante “La Placita”, del que uno de sus dueños es el actor Julián Gil.
El establecimiento, ubicado en el centro histórico de Miami, fue abierto hace un año con la bandera de Puerto Rico plasmada sobre la gran platina por el artista Héctor Pr. Desde su apertura, los dueños del comercio, entre ellos el también conductor de Univisión, han tenido que emprender una férrea defensa de su decoración, ya que los pobladores están disgustados con tener el símbolo latino.
De acuerdo con las declaraciones de Julián Gil, él y sus socios han presentado diversos elementos para defender su mural y la apertura del comercio desde hace 11 meses; además argumentó que han sufrido del acoso de los vecinos.
“Tenemos diferentes problemas con vecinos que nos han estado persiguiendo durante todo el año y han hecho todo lo posible porque nosotros no estemos aquí, no sólo el mural o la bandera, sino que La Placita no esté aquí. Con diferentes multas, demandándonos, radicando diferentes demandas para salir de aquí”, explicó el protagonista de “Por amar sin ley”.
“Hay que decirlo claramente, es un tema racista y lo denunciamos desde el día de la bandera y han ido más allá. Queremos denunciar un acto racista contra nosotros los latinos, contra nosotros los puertorriqueños”, dijo Gil durante una transmisión que hizo en Facebook el pasado jueves, antes de una de las audiencias por este caso en la corte de Miami.
Los dueños de “La placita” aseguran que tenían permiso especial por parte de la Policía para realizar el mural en el establecimiento y han externado su preocupación por que no se elimine, debido a la carga simbólica que tiene en su comunidad.
El restaurante se encuentra entre avenida Biscayne Boulevard y la calle 68 del noroeste, ahí se reúnen los boricuas que habitan al sur de la Florida. Se caracteriza por ser un lugar de expresión cultural de artistas de dicha nacionalidad.
El problema surge debido a que se encuentra en un lugar histórico y se prohíben murales. Joel Cancel, otro de los propietarios del negocio, expresó que “la discusión va a ser profunda” y ha denunciado que han sido acosados y multados por autoridades de Miami.
Ante la polémica, que ya lleva varios meses, el actor ha decidido volver a dar la cara: “Con mucho amor cuando se decidió abrir @laplacitamiami quisimos enaltecer la cultura puertorriqueña no solo como la comida si no con un lugar que nos representara de la mejor manera…El artista Boricua @hectorpr con su talento logró una obra de arte al plasmar nuestra bandera en el restaurante…” expresó en su cuanta de Instagram, Julián Gil.
Abogados y propietarios de “La Placita” han alegado ante la Comisión que remover el mural implica un costo mayor a $100 mil y llegaran a todas las instancias legales para defender este símbolo, que consideran parte de su cultura.
“Ayer nos pidieron, que si queremos dejar la bandera, la tenemos que pintar de otros colores, los que son aceptados en la zona histórica, y yo la bandera de Puerto Rico no la puedo pintar rosada, verde o amarilla. No, yo la tengo que pintar con sus tres colores”, agregó el actor.
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