Sin lugar a duda, “La emperatriz” se ha convertido en una de las series de época preferidas por los sunoscriptores de Netflix; y cómo no serlo, si sigue a la rebelde Isabel de Baviera cuando se enamora del emperador Francisco José I y se casa con él. Debido a que la trama nos presenta un mundo de tensión e intriga, no sólo en la corte vienesa, también en la vida de Sissi, el que menos quiere saber más sobre uno de los pasajes más duros y dolorosos que soportó cuando perdió a su hija mayor. En los siguientes párrafos, te contamos de qué falleció su primogénita.
Las dos temporadas de esta producción alemana, que se ambienta en el siglo XIX, se encuentran disponibles en la plataforma de streaming.
LOS PRIMEROS AÑOS DE SOFÍA FEDERICA, LA HIJA MAYOR DE SISSI Y FRANCISCO JOSÉ I
Sofía Federica de Austria fue la primera hija que tuvieron Francisco José I de Austria y su esposa Isabel, quien al momento de dar a luz todavía no tenía 18 años. Aunque su llegada – el 5 de marzo de 1855 – llenó de ilusión a todos, la madre del emperador hizo a un lado a Sissi y la bautizó sin su consentimiento el mismo día que llegó a este mundo con el nombre de Sofía Federica Dorotea María Josefa, en su honor.
Al año de su nacimiento, llegó su hermana Gisela. Ambas fueron alejadas de su progenitora para ser criadas por su abuela paterna, quien no permitía que su mamá las viera; y si en caso aceptaba, ella debía estar presente.
Pese a los ruegos de su esposa, Francisco José I no quiso discutir este asunto con su madre, pero un buen día accedió a la demanda de su pareja. Por fin podía pasar tiempo con ellas, incluso las llevaba cuando viajaba.
LA MUERTE DE SOFÍA FEDERICA, LA HIJA MAYOR DE SISSI Y FRANCISCO JOSÉ I
Debido a su gran amor por Hungría, Sissi le pidió a su esposo viajar con sus hijas a dicho país, petición que fue aceptada. Fue así que alistaron maletas e iniciaron su recorrido a inicios de la primavera de 1857. Aparentemente, todo marchaba bien hasta que en Budapest, las hermanas enfermaron de diarrea y tenían fiebre muy alta. Gisela se recuperó, pero Sofía no soportó más y dejó existir en los brazos de su madre, la noche del 29 de mayo de 1857.
Aunque se llegó a la conclusión que la deshidratación por la diarrea y las convulsiones ocasionadas por la fiebre fueron las causantes de su deceso, tiempo después se mencionó que su fallecimiento fue producto de la fiebre tifoidea, algo que no fue probado. La pequeña Sofía tenía solamente dos años.
Su cuerpo fue llevado a Viena y sepultado en la Cripta Imperial, en el Ferdinandsgruft. Como era de suponerse, el fallecimiento de la menor persiguió a Isabel toda su vida, algo de lo que se encargó su suegra Sofía de Baviera, quien la acusó de ser responsable indirecta de su deceso.
Este lamentable suceso hizo que los hijos de Isabel estén bajo la tutela de su abuela paterna ni bien nacían.
Cabe mencionar que la fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Salmonella typhi, la cual se transmite por contacto con agua y/o alimentos contaminados, incluso por contacto estrecho con una persona infectada.