Ricardo Montaner es un cantante de pop y baladas muy reconocido a nivel mundial. El artista argentino volvió a tener relevancia tras su rol de juez en el reality show “La Voz” del canal TV Azteca de México. Además, el cantautor acaba de cumplir 63 años rodeado de mucho amor.
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El artista logró conectar con sus fanáticos mexicanos gracias a su gran labor al lado de Belinda, Christian Nodal y María José. No cabe duda que el cantante fue una pieza importante dentro del show, ya que regaló diversos momentos emotivos a lo largo del programa de canto.
Pero antes de adquirir tanta fama y reconocimiento, Ricardo Montaner vivió momento muy duros como que al inicio nadie apostaba por sus canciones y mucho menos lo aceptaban por su físico, ya que era demasiado bajo como para ser un cantante.
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Hoy a pesar de todos los prejuicios, se ha convertido en una de las figuras más importantes de la balada en América Latina.
¿POR QUÉ NADIE QUERÍA A RICARDO MONTANER COMO ARTISTA?
Ricardo Montaner inició su carrera desde que era muy joven y se encontraba viviendo en Venezuela. Primero fue parte de un coro de iglesia y luego, junto a sus amigos, formó algunas bandas de rock y pop (Los Correcaminos y Scala) donde al principio fungió como baterista, pero paulatinamente tomó el rol de vocalista.
Su primera composición, “Noche de primavera”, la realizó entre los 13 y 4 años en una playa, inspirado en su primera novia.
“Cuando comencé mi carrera, que todavía los sueños eran en blanco y negro, recuerdo que el director general de una compañía de discos me dijo que era muy bajito, que no, ni vaina, que no tenía chance. Me fui de ahí todo confundido. Al cabo de unos años me firmaron con una compañía, cuando grabé “Tan enamorados”, y la sorpresa es que llegó a Miami, a la oficina de la disquera, y habían contratado al tipo para que fuera gerente de la compañía. Cuando yo lo veo al tipo, me dice ‘Mi artista, yo sabía que ibas a triunfar algún día’… ¡Desgraciado!”, contó en una entrevista.
Tras el éxito de sus primeras producciones, Ricardo fijó su mirada en México, a donde llegó a finales de los años 80. “Llegué con una ilusión enorme que luego se convirtió en una hermosísima realidad. Llegué un 8 de abril, director al programa de Don Raúl, en domingo. A partir de ahí comenzó un periplo mío por todos los pueblos y ciudades de México; recuerdo ir con un Volkswagen con mis productores pasando radio por radio con el ‘Tan enamorados’ debajo del brazo”, revivió en otra charla.