Un detalle particular que no pasa desapercibido por la prensa británica. Su salud preocupa a Inglaterra y el resto del mundo luego de que tuviera que cancelar su primer acto oficial en semanas por problemas en la espalda y tras haber pasado una noche en el hospital. Pese a que la reina Isabel II del Reino Unido ha sorprendido en varias ocasiones con su buen estado físico y mental a los 95 años, hay ciertas actividades que ya no puede realizar por disposición médica, como montar a caballo, una actividad que disfrutaba hacer sin usar casco.
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Prohibición de montar a caballo
La monarca ha tenido que decirle adiós a una de sus grandes pasiones. De acuerdo al tabloide The Sun se molestó cuando supo que, al menos por un tiempo, no podrá montar a caballo. “Ha sido parte de su ritual durante la mayor parte de su vida”.
Catalogada como una entusiasta amazona y ávida fanática de las carreras, Isabel II debe descansar.
A caballo sin casco
Desde niña, Isabel II disfruta de montar a caballo y según detallan desde el medio ‘Semana’, realiza esta actividad “sin casco, para no arruinar su peinado”.
Una muestra de ello es que poco después del 73° aniversario de boda con Felipe de Edimburgo fue captada cabalgando por los bosques que rodean Windsor, en 2020. Lució un abrigo de color canela y un pañuelo en la cabeza, para protegerse de las inclemencias meteorólogicas. Se le vio junto a su jefe de cuadras, Terry Pendry.
Todo parece indicar que el casco no es una opción para la reina pues a su avanzada edad ha sido fotografiada en ciertas ocasiones con pañuelos o bufandas de seda anudadas bajo su barbilla. Ella sigue prefiriendo no utilizar un casco de protección durante sus salidas a caballo.
En una ocasión cuando alguien le preguntó por qué obviaba usarlos, haciendo gala de su sentido del humor, indicó que lo hacía para no despeinarse y le recordó a su interlocutor que realizar su peinado no era tarea sencilla, según explican en ‘Quién’.
El amor de Isabel II por los caballos
A inicios de la pandemia, Isabel II ordenó trasladar a sus caballos desde las caballerizas del Palacio de Buckingham al Palacio de Hampton Court, a las afueras de Londres, para tenerlos más cerca mientras estaba confinada en Windsor.
Y es que para ella el bienestar de sus animales es primordial y disfruta de acercarse a ellos, darles de comer y acariciarlos, pues desde su infancia los ha montado.
“Su Majestad ha disfrutado cabalgando desde la infancia y está estrechamente involucrada con el bienestar de los caballos que posee para la cría, la equitación y las carreras”, tal como señalan desde la Casa Real británica.
Isabel II aprendió a montar con tal solo cuatro años después de que su padre Jorge VI le regalara un poni Shetland llamado Peggy.