Cuando los miembros de la realeza viajan, suelen llevar muchas cosas, algunas de ellas bastante extravagantes. Sin embargo, la familia real británica también lleva entre su equipaje artículos relacionados con su salud y no nos referimos a pastillas. Según Dickie Arbiter, antiguo secretario de la reina Isabel II, los aviones reales suelen volar con productos sanguíneos adaptados al tipo de sangre de cada royal.
“Hay que asegurarse de cubrir todas las posibles eventualidades”, explica Arbiter a Emily Nash, presentadora del podcast sobre realeza de la revista Hello, A Right Royal Podcast. “Así que el avión lleva sangre por si hay que realizar una transfusión. Nunca hay garantías de poder conseguir el tipo de sangre adecuado en el lugar al que se dirigen”, explicó detalladamente.
Pero la sangre no es el único recurso médico con el que cuenta el avión del monarca. En 2016, Gordon Rayner contaba a Telegraph que la reina también viajaba junto a un médico de la Marina Real cada vez que se fuese de gira por el mundo, el cual estaba encargado de recabar la información pertinente sobre los hospitales disponibles.
“En los países donde no es seguro hallar un suministro de sangre fiable, la reina y el príncipe de Gales se desplazan con sus propios suministros personales de sangre, que forman parte de su convoy dondequiera que vayan”, explicó . “Su médico personal nunca se aleja más allá de unos pasos de distancia, siempre portando una voluminosa bolsa médica que contiene un desfibrilador portátil y todo tipo de medicamentos de emergencia”.
La reina Isabel II del Reino Unido durante su visita a Malta en 2015. (Foto: AFP)
Anécdotas de viaje
Arbiter, que sirvió a la reina de 1988 a 2000, también contó otros detalles curiosos sobre los viajes de la familia real británica, añadiendo que a Carlos le gustaba unirse a los pilotos en la cabina siempre que volaba en el helicóptero de la reina.
“Si utilizábamos el helicóptero de la reina, invariablemente el entonces príncipe de Gales pilotaba la aeronave. Era piloto comercial calificado. Ya no lo hace, pero solía hacerlo”, explica Arbiter. “Y el difunto Felipe de Edimburgo también. Carlos pilotaba también los helicópteros Westland Whirlwind que poseía la reina. He estado en algún que otro vuelo pilotado por él. La tripulación de la RAF despegaba y después se encargaba él”, agregó.
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