Una joven británica de 17 años murió de sepsis durante un viaje escolar a Estados Unidos, luego de que sus maestros ignoraran sus súplicas de ver a un médico. El hecho fue denunciado por sus padres ante una corte de Bristol, Inglaterra.
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Ana Uglow, estudiante de la Bristol Grammar School, fue declarada muerta en el hospital Mount Sinai West en diciembre de 2019, cuando se encontraba en un tour por distintas ciudades del país norteamericano. Estados Unidos.
La estudiante había estado con síntomas similares a los de un resfriado dos días antes de su viaje, pero se sintió mejor y voló a Washington el 14 de diciembre; sin embargo, volvió a sentirse mal conforme los días pasaron.
“Ana dijo que le preocupaba tener una infección en el pecho, que se sentía mucho peor y tenía fiebre y tos”, dijo Natalia Uglow, madre de la estudiante. “Dijo que los maestros se habían molestado con ella por estar sin aliento y no poder seguir caminando”.
Una de las maestras de Ana dijo durante la investigación que Ana solo se había quejado de una fatiga y por tener la nariz tapada. Agregó que no había pedido expresamente ver a un médico, señaló el medio local Bristol Post.
El médico forense dictaminó que la causa de la muerte fue una bronconeumonía y sepsis, que complicaron una infección de las vías respiratorias superiores por influenza.
El 16 de diciembre, Ana “describió que no tenía energía para caminar” y había pedido permanecer en el hotel mientras el grupo visitaba el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, según la investigación. Al día siguiente, llamó a su madre varias veces durante el viaje en tren a Filadelfia.
“Estaba preocupado por ella y le dije que hablara con los maestros, que les pidiera que vieran a un médico y que me devolvieran el teléfono. Le dije que exagerara sus síntomas si era necesario para obtener el resultado y que dijera que sus padres estaban preocupados”, expresó Natalia.
Más tarde ese día, Ana le envió un mensaje de texto a su madre diciéndole que se sentía “un poco mejor”, pero días después, el 18 de diciembre, la joven contó que sus maestros la obligaron a hacer un recorrido largo a pie porque “no podían dejarla sola”. Al día siguiente, la familia recibió noticias del director de la escuela de que Ana estaba hospitalizada en estado crítico.
“Estaba furiosa con esos maestros que descuidaron la solicitud de Ana de ver a un médico el martes por la mañana y después de que ella estuvo enferma durante la noche. No se hizo nada para salvar su vida”, dijo la madre.
Un maestro de la joven dijo que le recomendó a Ana que comprara un descongestionante y un jarabe para la tos en una farmacia de Nueva York. La estudiante sufrió “un ataque de tos” y “se inclinó sobre una papelera y vomitó”.
“Ni en mis sueños más locos podría haber imaginado lo que pasaría después”, agregó el docente.
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