HISTORIA VIRAL: la Biblioteca Pública de Worcester, en Massachusetts, Estados Unidos, está cambiando multas por fotos de gatos. (Foto referencial: Desertrose7 / Pixabay)
HISTORIA VIRAL: la Biblioteca Pública de Worcester, en Massachusetts, Estados Unidos, está cambiando multas por fotos de gatos. (Foto referencial: Desertrose7 / Pixabay)
Jorge Villanes

¿Alguna vez has perdido y te has visto obligado a no volver para evitar la multa correspondiente? En Worcester, Massachusetts (EEUU), han ideado una solución ingeniosa para este problema. Durante todo el mes de marzo, una biblioteca local está llevando a cabo una campaña única dirigida a todas esas personas: están eliminando ciertas tarifas por libros perdidos o dañados a cambio de una simple fotografía de un gato. Sí, has leído bien. Y lo mejor de todo es que el minino no tiene que ser necesariamente tuyo, ya que puede ser cualquiera.

Esta iniciativa tiene como objetivo principal incentivar a la gente a seguir leyendo y visitando la biblioteca, incluso si tienen deudas pendientes por libros extraviados.

Jason Homer, el director ejecutivo de la Biblioteca Pública de Worcester, explicó que entienden las dificultades económicas que enfrentan algunas personas, y que a veces deben elegir entre pagar una multa por un libro perdido o comprar alimentos. Por eso, quieren acercarse a la comunidad con comprensión y amabilidad.

Según el medio Fox News Digital, el programa se llama “Feline Fee Forgiveness” (Perdón de tarifas felinas) y forma parte de un evento de un mes llamado “March Meowness”, el cual es organizado por la biblioteca.

Su intención es eliminar las barreras que impiden que los usuarios vuelvan a la biblioteca, sin importar cuál sea su situación.

La idea surgió del personal del establecimiento, quienes, siendo amantes de los libros y los gatos, pensaron en formas creativas de atraer a la gente de vuelta. Se dieron cuenta de que las multas por libros vencidos no estaban siendo efectivas y decidieron probar algo diferente.

“Nuestro personal tiene muchos gatos. Algunos miembros del personal estaban en una reunión y estaban ideando formas de hacer que la gente regresara a la biblioteca y pensaron: ‘¿Qué pasaría si eliminamos tantas barreras como sea posible y le decimos a la gente que pueden mostrarnos una foto de un gato, hacer un dibujo o simplemente contarnos sobre uno?’”, declaró Homer al medio citado.

Según el director, la biblioteca llegó a eliminar las multas por libros vencidos en 2020 porque mucha gente, después de los confinamientos por la pandemia, extraviaron libros que no podían ser devueltos en persona.

“Hay una cantidad significativa de estudios realizados por bibliotecas públicas de todo el país que han demostrado que no recuperamos los libros con multas”, explicó.

“Terminamos perdiendo gente. Siendo realistas, esas multas realmente no hicieron nada por la biblioteca y en realidad no fueron una pieza generadora de dinero. Era más bien una deuda pendiente que nunca se pagó”, agregó.

Foto: Worcester Public Library / Facebook
Foto: Worcester Public Library / Facebook

Las multas de bibliotecas, un problema nacional

De hecho, el tema de los libros perdidos de bibliotecas es mucho más grande de lo que puede parecer: se trata de un problema nacional.

“Muchas comunidades tienen esta lista de niños que tienen estas tarifas de $30 en sus tarjetas cuando no tenían control y no había malas intenciones”, continuó el director.

“No hay manera de recolectar eso realmente. Así que seguimos adelante. Y, en última instancia, el objetivo aquí era encontrar alguna manera de hacer que la gente volviera a la biblioteca, [personas que] podrían tener miedo de sentir que serán penalizadas. Preferiríamos trabajar con los financiadores para obtener el dinero y no tener que castigar a los niños por algunas cosas que están fuera de su control”, añadió.

En promedio, la biblioteca recaudó alrededor de $11,000 en multas, según Homer, pero ahora tiene una fundación que podría cubrir ese monto, siempre y cuando el libro finalmente sea devuelto.

Finalmente, el director dio a conocer la importancia de que una comunidad pueda acceder fácilmente a una biblioteca: “es un espacio donde la gente puede aprender, crecer, experimentar cosas. Consideramos que la alfabetización, tanto la escrita como la digital, son dos de los mayores igualadores que podemos permitirnos para nuestra comunidad. La lectura es algo que ayuda a las personas a elevarse y mejorar sus vidas”.

Aunque “March Meowness” ya está en marcha, la biblioteca ha anunciado que el programa que intercambia fotos de gatos por multas no excluye a otros animales como perros, mapaches, orcas o capibaras.

“Cualquier animal ingobernable está bien para nosotros”, agregó el representante del establecimiento.

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