Me siento profundamente conmovido al compartir la historia de una mujer de 76 años que, víctima de una estafa telefónica, se vio despojada de los ahorros de toda su vida. Se trata de Susan Guthrie, una adulta mayor de Arizona, Estados Unidos, que perdió una suma de 25 mil dólares por culpa de unos estafadores que operaron a través de llamadas telefónicas engañosas. Los sujetos se hicieron pasar por empleados de Microsoft, convenciendo a su víctima de que depositara el dinero en una cuenta manejada por ellos. A continuación, todos los detalles de este caso que, gracias a la comunidad de internautas, tuvo un final feliz.
Todo empezó cuando Guthrie, de Mesa, fue contactada por los delincuentes, quienes le aseguraron que su computadora había sido “pirateada”. Ante esta situación, la mujer debía transferir sus ahorros por medio de un cajero automático de bitcoin, ya que corría el riesgo de perderlo todo.
“Me sentí creíble ante los estafadores y me sentí segura de que se ocuparían del problema”, declaró la afectada en conversación con SWNS. “Una vez que me enteré, quedé devastada. Me sentí realmente tonta”.
La hija de Guthrie, Sarah-Lynn, relató cómo los estafadores lograron acceder a la computadora de su madre el 5 de febrero, después de que esta hiciera clic en una ventana emergente que simulaba ser de Microsoft, pero que en realidad era falsa.
“Lo que es realmente enfermizo fue que ella les decía a los estafadores: ‘¿Por qué alguien me iba a robar? Soy sólo una viejecita, sola y pobre’, y ellos empatizaban con ella”, se lamentó Sarah-Lynn en conversación con Arizona Republic.
Lamentablamente, los 25 mil dólares representaban para Guthrie su única ayuda ante posibles emergencias, dado que ella y su esposo perdieron todo en la crisis económica de 2008. Esta situación la dejó viviendo en un pequeño departamento, donde se mantiene gracias a su Seguro Social.
Sus familiares se enteraron de lo sucedido por una tercera persona
A pesar de las advertencias de los estafadores para que no contactara a ningún familiar o amigo, Guthrie compartió lo sucedido con su fisioterapeuta al día siguiente. La hija de la mujer, tras enterarse de lo ocurrido, confrontó a su madre, quien al principio se negó a creer que había sido engañada.
“Ellos [los estafadores] son como hipnotizadores”, explicó Sarah-Lynn. “Me sentí 100% como si estuviera hablando con alguien de una secta”.
La estafa llegó a nivel impensado, pues cuando Sarah-Lynn intentó conversar con su madre, descubrió que ella aún seguía conversando con los estafadores.
Las cosas se aclararon recién tras una visita al banco, donde el gerente confirmó la falta de fondos. Este fue el punto de quiebre que permitió a Guthrie aceptar la realidad. “Fue como si algo cambiara en su cabeza cuando alguien con autoridad se lo dijo”, recordó la joven.
Aunque se presentaron denuncias a las autoridades pertinentes, rastrear el origen del fraude se vuelve complicado debido a que la transacción fue realizada a través de bitcoin.
Afortunadamente, la solidaridad de la comunidad permitió a Sarah-Lynn recaudar fondos a través de GoFundMe, superando la cantidad perdida inicialmente: más de 28 mil dólares hasta el momento.
“Es increíble lo rápido que se unió la gente. Si no fuera por eso, mi madre estaría perdida y yo tendría que cuidarla”, indicó la joven.