Hace ocho años, Megan Troutwine emprendió un viaje a la ciudad de Nueva York con el propósito de visitar a su primo fallecido, Tony Martínez, quien residía en el barrio de Harlem. “Nos sumergimos en la diversión, capturando recuerdos en forma de fotografías y explorando los icónicos lugares”, declaró la mujer, oriunda de Hudson, Florida. “Cuando tienes seres queridos viviendo allí, sientes una conexión especial con cada rincón de esas calles”, agregó, sin imaginar que durante su experiencia en la Gran Manzana daría con un inquietante descubrimiento que le terminó cambiando la vida.
Durante su travesía en Midtown, ambos decidieron explorar el Rockefeller Center, donde Troutwine, en la actualidad de 33 años, se detuvo brevemente para tomarse un selfie junto al espejo de agua y las fuentes de la Sexta Avenida.
“Al revisar la foto, noté algo inusual: mi párpado estaba caído”, recordó Troutwine en conversación con el medio New York Post. “Me pareció extraño, así que al regresar a casa, decidí mencionarlo a mi neurólogo”.
Al visitar a un especialista, le pidieron someterse a una resonancia magnética. Tras regresar a casa después del escaneo, la mujer recibió una llamada alarmante: habían descubierto una masa benigna dentro de su cerebro que estaba creciendo a un ritmo alarmante.
“Me diagnosticaron un meningioma, que es la forma más común de cáncer cerebral”, explicó.
Casi de inmediato, Troutwine inició su tratamiento en el Moffitt Cancer Center de Tampa. En primera instancia, se sometió a una cirugía para extirpar el tumor, pero un procedimiento de seguimiento reveló la presencia de otro tumor cerebral primario: un glioma.
Tratamiento y recuperación
Los médicos le informaron a la estadounidense que el tumor seguiría creciendo lentamente y que probablemente necesitaría monitoreo de por vida para su condición.
Además de esta difícil situación, los especialistas también descubrieron que Troutwine era portadora de la mutación del gen PTEN, lo que la coloca en mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer.
Desde 2017, cuando se sometió a una craneotomía, la mujer fue diagnosticada y tratada por cáncer de mama y útero.
A pesar de las adversidades, mencionó que ha tenido la suerte de conocer a “algunas de las personas más auténticas e inspiradoras” durante su tratamiento.
“El cáncer no estaba en mi lista de preferencias, pero no cambiaría mi situación ni lo que he atravesado por nada en el mundo”, afirmó. Asimismo, expresó su gratitud por poder brindar apoyo a otras personas en situaciones similares a través de su trabajo como coordinadora de la unidad de salud en Moffit.
Troutwine reveló que su siguiente objetivo es obtener un segundo título en salud pública. “Tengo un corazón solidario y siempre estoy dispuesta a ayudar en lo que pueda”, afirmó.
Desde su visita inicial a Nueva York, la estadounidense perdió a su primo debido a cáncer de páncreas. A pesar de todo, solo ha regresado a la ciudad en una ocasión “para honrar los recuerdos compartidos con él”.
¿Qué es un meningioma y cómo se diagnostica?
Un meningioma es un tumor que surge de las meninges, que son las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, informa el portal Mayo Clinic.
Aunque técnicamente no es un tumor cerebral, se lo incluye en esta categoría porque puede comprimir o presionar el cerebro, los nervios y los vasos adyacentes.
Por lo general, los signos de un meningioma comienzan de forma gradual y pueden ser muy sutiles al principio. Ello depende de su ubicación en el cerebro.
Estos son algunos de los síntomas:
- Cambios en la visión, como ver doble o borroso
- Dolores de cabeza, especialmente los que son peores por la mañana
- Pérdida auditiva o zumbido en los oídos
- Pérdida de memoria
- Pérdida del olfato
- Convulsiones
- Debilidad en los brazos o en las piernas
- Dificultad del lenguaje
Busca atención de emergencia si presentas aparición repentina de convulsiones o cambios bruscos en la visión o en la memoria.