Una mujer de Estados Unidos compartió que decidió renunciar a la maternidad después de invertir una suma estimada de 165 mil dólares en tratamientos de fertilización in vitro (FIV), los cuales no resultaron exitosos. Katie Abdou, de 37 años, describe este complicado proceso como “la muerte de un sueño”, sintiendo que los médicos le dieron esperanzas falsas y sufriendo un impacto devastador.
Abdou, quien siempre había planeado ser madre independientemente de la presencia de un padre, empezó considerando la adopción y la acogida como primera opción; sin embargo, se encontró con obstáculos financieros y éticos en este camino. “Se sentía repugnante comprar el hijo de otra persona porque no podía criarlo”, señaló la oriunda de Massachusetts en conversación con South West News Service.
Posteriormente, buscó un donante de esperma a través de un registro en línea, con la intención de probar la inseminación intracervical en casa. Después de enfrentar múltiples intentos fallidos de quedar embarazada y de enfrentarse a la trágica pérdida de embriones, Abdou se vio obligada a recurrir a la FIV como su única opción viable.
Este tratamiento, que puede costar entre 10 mil y 25 mil dólares por ronda, representó un fuerte gasto para Abdou, quien tuvo que vender su casa y mudarse con sus padres para financiar el proceso.
Después de ganar 100 mil dólares con la venta de su vivienda, identificó una clínica con precios asequibles en Albany, Nueva York.
En noviembre de 2021, realizó su primera extracción de óvulos y produjo tres embriones; no obstante, dos no nacieron y el último abortó en las primeras cinco semanas.
Se iba a dar por vencida, pero dio con un donante de esperma inesperado
Aunque estaba listo para darse por vencida, la mujer cambió de opinión cuando recibió la ayuda de Chris, su mejor amigo de 37 que le donó su esperma. Así, en noviembre de 2022, logró quedar embarazada.
“Estaba muy emocionada pero aún así tuve mucho cuidado”, recordó la estadounidense, quien permaneció con el bebé el tiempo suficiente para conocer que era niño. “Ya tenía lista la guardería. Había planeado el baby shower”.
Lamentablemente, una ecografía realizada a las 17 semanas mostró que su bebé no tenía latidos y que necesitaría cirugía para extirpar el feto.
Después de una cirugía para extirpar los pólipos de su útero, la mujer descubrió que tenía una inflamación crónica del endometrio uterino, o endometritis, lo que probablemente causaba sus problemas de fertilidad.
Tras el procedimiento, intentó quedarse embarazada nuevamente: gracias a una nueva extracción de óvulos, pudo generar cinco embriones. Solo uno fue transferido y el resto no sobrevivieron.
Algunas semanas después, recibió la desoladora noticia de que el embarazo no había durado. “Me sentí destrozada”, señaló.
A pesar del doloroso camino que le tocó enfrentar, Abdou compartió su historia con la esperanza de brindar apoyo a otras personas que enfrentan desafíos similares en su viaje hacia la paternidad o la maternidad.
“Creo que es necesario que haya más apoyo para las personas solteras y queer”, dijo. “Me encantaría tener más información disponible sobre FIV”.