Cassie Leigh, una periodista estadounidense, se mudó de Pittsburgh, Pensilvania, a Tampa, Florida, con la expectativa de vivir en un auténtico paraíso. Atraída por el clima, la gran cantidad de eventos, la vida nocturna y la proximidad al mar y a grandes ciudades como Miami y Orlando, tomó la decisión de cambiar de aires en enero de 2018. Abandonó su trabajo y, a pesar de no conocer a nadie, dio el gran paso y adquirió una casa; sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente desde entonces. En la actualidad, la comunicadora confiesa sentirse “arrepentida” de haber dejado su hogar. ¿Cuál es la razón por la que prefiere no haberlo hecho? Aquí te cuento todos los detalles.
Según Leigh, ahora de 29 años, la ciudad se convirtió en uno de los destinos preferidos de los jóvenes debido a las restricciones relativamente flexibles durante la pandemia. Ello, sumado a la variedad de actividades al aire libre, causó que 400 mil personas se mudaran a Tampa entre julio de 2021 y el mismo mes del 2022.
Desde entonces, el hacinamiento se convirtió en un serio problema al punto de volverse “insoportable”, señaló la joven en un artículo publicado en Business Insider. Todo esto, sumado al tráfico intenso y las playas abarrotadas de gente, no hacen otra cosa que empeorar la experiencia de los residentes.
Leigh explicó también que, años atrás, trabajaba en el área de marketing de una empresa. Una vez que llegó a Tampa, intentó conseguir empleo en el mismo rubro, pero se le dificultó debido a la gran competencia laboral característica de Florida.
Dificultades para conseguir trabajo e inflación
Después de un año, pudo conseguir un trabajo remoto como periodista para una empresa canadiense. Recibía el doble de pago que cualquier otro empleo en Tampa; no obstante, las cosas dieron un giro con el paso de los años: los precios de las viviendas aumentaron considerablemente, así como los impuestos.
El costo del seguro de vivienda también aumentó debido a los fenómenos meteorológicos y la inflación de Florida. En Pittsburgh, señala la joven, no había desastres naturales, por lo que ese tipo de pagos era algo inusual.
Además, el precio del seguro aumenta si no se tienen en cuenta factores como el uso de las ventanas adecuadas para huracanes y el tipo de suelo sobre el que está construida la propiedad.
“Me iré de Tampa pronto”, asegura la comunicadora, agregando que si sigue en la ciudad es porque se encuentra tomando un curso en una universidad cercana a su hogar.
“Me encantan las playas y el clima, pero vivir aquí no vale el precio. No estoy seguro si alquilaré mi casa o la venderé cuando me vaya”, concluyó.
Por otra parte, Cassie confiesa que, aunque extraña ver a su familia, su mayor deseo es estar cerca de la costa y lejos del clima frío, por lo que probablemente se mudará a Carolina del Norte o Carolina del Sur durante los próximos años.