Redacción Mag

Una abuela que pasó la etapa de su vejez al cuidado de su familia, le demuestra al mundo  que nunca es demasiado tarde para hacer realidad  no de sus sueños. Dorothy Pollack, quien cumplió 103 años en junio, pasó sus días revisando  su lista de deseos y fue por uno que tenía pendiente: hacerse un tatuaje. Se realizó una rana. ¿Por qué? Es lo único que ama. Su historia se y otras redes sociales.

El pasado 16 de junio celebró su cumpleaños en un asilo de ancianos en Muskegon, Mchigan, Estados Unidos, donde pasó meses aislada por la pandemia de coronavirus. “El COVID-19 la tuvo en prisión durante meses”, señaló Teresa Zavitz-Jones en entrevista con CNN, nieta de Dorothy.

Además, agregó: “La enfermera en la casa dijo que estaba terriblemente deprimida porque no podíamos verla. No pudimos verla, así que no teníamos idea de cómo estaba en realidad. Las llamadas telefónicas no fueron útiles, ya que había mucha dificultad para que oiga”.

Luego de darle de alta en el asilo, la anciana no dudó en cumplir un deseo. “Fue muy emocionante porque hace años mi nieto quería que obtuviera uno”, dijo Pollack a CNN. “De repente, decidí que me gustaría tener una y si pudiera, sería una rana. Porque me gustan las ranas, explicó entre risas.

Ray Reasoner Jr., el responsable del tatuaje habló con CNN y dijo que “se lo tomó como una campeona”. “Ni si quiera la vi hacer una mueca”, agregó.  “Ella estaba tan emocionada. Fue una experiencia increíble. Si alguien de más de un siglo te dice que hagas algo por él, debes hacerlo”.

Para el tatuador, Dorothy Pollack fue su cliente más antigua. Sin duda, se llevará un hermoso recuerdo de alguien que a pesar de su edad está dispuesta a continuar con sus sueños y dejar atrás el “ya no se puede”.

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