Durante 37 años, en medio de un paraje cuasi estéril de Chile, funcionó la Colonia Dignidad. Se trata de una comunidad de alemanes expatriados que tenían entre sus principales pilares, la devoción a Dios, ser un modelo de trabajo, solidaridad y persistencia. Sin embargo, la historia de esta secta devino en incontables casos de pederastia, torturas, abusos sexuales, poder desmedido y muerte, todo planeado, orquestado y supervisado por Paul Schäfer, el carismático líder cuyo retrato ha quedado de manifiesto y que ocurrió en el régimen de Augusto Pinochet.
El material ha sido dirigido por Christian Leighton, el cual recoge incontables imágenes de archivo de la época, las cuales vienen condensadas con entrevistas y declaraciones de los actores de dicho periodo, así como la secreta y oscura vida de su fundador, un personaje que aplicó un régimen, prácticamente, medieval durante la era del dictador chileno Augusto Pinochet.
El origen de Colonia Dignidad
La historia de la Colonia Dignidad se remonta a 1961, cuando un grupo de alemanes instala una comunidad en Chile, en medio de un lugar alejado, donde las personas de la zona aseguraban que nada crecía. El Lavadero, con una extensión de 137 kilómetros cuadrados, se encontraba a más de 300 kilómetros de distancia de Santiago, lo que muchos pensaron sería otro obstáculo.
En medio de un sitio tan hostil, se fundó la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad, donde se dedicaron a un trabajo constante, sin descansos, tras lo cual consiguieron imponerse a la adversidad.
La primera denuncia de los abusos
Con el tiempo, el sitio fue conocido popularmente como Colonia Dignidad, pero con tan solo 5 años de haberse fundado comenzaron los primeros indicios del terror que se vivía en su interior.
Wolfang Müller, un adolescente que escapó de la comunidad y aseguró que en su interior se realizaban abusos, violencia y lavado de cerebro, pero tras la exposición mediática, el caso terminó pasando desapercibido, más aún cuando se permitió el ingreso de periodistas a sus instalaciones, en las cuales se mostró a la Colonia como un lugar ejemplar, todo muy ordenado, todo bastante armonioso, mientras que los encargados de declarar a los hombres de prensa fingían espanto y horror cuando se les preguntaba por los “supuestos” maltratos.
Wolfang fue encontrado y puesto de vuelta a la comunidad donde (años después se supo) fue golpeado y sometido a diversas sesiones de electroshocks para “moldear” su conducta.
A pesar que los testimonios en contra de la Colonia comenzaron a acumularse, que la investigación periodística fue más insidiosa, nada pasó y Schäfer seguía al mando de la comunidad con mano de hierro, el cual, por décadas, no fue investigado su pasado mientras vivió en Alemania.
Arribo a Chile y acercamiento al poder
De hecho, la promesa de un mundo mejor, alejado de la contaminación del “mundo moderno” llevó a muchos a pensar, por largo tiempo, que se trataba de un sujeto bueno, noble, pero estricto, Un verdadero hombre de Dios, hecho que llevó a convencer a cientos de alemanes a trasladarse hasta el país sudamericano.
Schäfer, pues, no era un simple hombre con un “benévolo” objetivo, porque, ni bien instaló la Colonia, se sabe, consiguió conexiones con las élites que gobernaban Chile, al punto que su comunidad funcionaba, en los hechos, como un Estado totalmente autónomo dentro de otro.
¿Cómo se vivía en Colonia Dignidad?
De hecho, esta autonomía llegó a tal punto que sus habitantes estaban aislados del mundo exterior. Noticias, bienes, ideas, modas, personas de fuera, nada ingresaba, regla que no aplicaba para sus líderes, quienes se codeaban con las clases más altas, cuya relación no era solo fluida sino cercana, cercanía que les permitió quedar impunes por décadas.
Fotos revelan niños y personas con miradas inexpresivas, con rostros adustos, parcos, como si se tratara de autómatas, con posturas sumamente rígidas, ninguno debía verse distinto al resto. Si alguien se “salía del libreto” el castigo siempre era severo, al punto que los demás llegaban al convencimiento que lo que decía Schäfer era incuestionable, alguien infalible.
A tener en cuenta que, Colonia Dignidad, se desarrolló a imagen y semejanza de la visión del mundo que tenía Schäfer; en ese sentido, vale mencionar que las mujeres eran el peldaño más bajo dentro de la comunidad, las cuales tenían utilidades muy marcadas: servir al hombre, cocinar, limpiar, trabajar. Obedecer y no replicar era su destino.
En ese sentido, donde queda más claro la calificación de “régimen medieval” es cuando se hace alusión a este sitio es que hombres y mujeres no debían mezclarse; es decir, que cada uno iba por su lado. Los niños eran separados de sus padres y perdían contacto entre ellos.
Lo anterior queda condensado en algo mucho más particular, pues estaba prohibido el matrimonio, así como la reproducción, principalmente, porque los chicos y nuevos miembros eran captados en los alrededores bajo promesas de un buen futuro, trabajo seguro. Nada más alejado de la realidad.
Otra práctica que recuerda sociedades milenarias es que Schäfer sacó provecho de la escuela y hospital para atraer a los hijos de los campesinos de los alrededores, los cuales eran pobres y analfabetos, las víctimas perfectas que fueron, posteriormente, adoptados por medio de extraños convenios (parecido al vasallaje medieval), otros raptados, muchos de los cuales terminaron padeciendo abusos sexuales.
Impunidad y favores de las élites
Las conexiones con políticos importantes siempre fueron fluidas, pero estas se afianzaron cuando llegó al poder Augusto Pinochet tras derrocar en un golpe de Estado a Salvador Allende (1973) donde, curiosamente, se llevaron a cabo asesinatos y desapariciones de presos políticos en las tierras en poder de la Colonia,
Con los años, tras la caída de la dictadura militar, con la llegada de la democracia, sin el apoyo de los políticos de turno, saló a la luz que en dicha zona existieron fosas comunes, túneles secretos, arsenales de armas, cámaras de tortura, entre otros.
No pasó mucho para que, ahora sí, se expusiera toda la red de abusos a menores de edad, las violaciones sexuales, provocando el repudio masivo de la sociedad chilena en su conjunto. Sin embargo, las autoridades actuaron, sí, pero de forma bastante lenta.
La caída de Paul Schäfer
Esta lentitud fue muy conveniente para que Paul Schäfer lograse fugar del país con destino hacia la Argentina. Sin embargo, llegado el 2005, fue capturado mientras se encontraba en el country de la localidad de Tortuguitas, para luego ser extraditado.
Tras ser enjuiciado, fue condenado a 20 años de prisión por ser el responsable de 25 violaciones a menores de edad entre los años de 1993 y 1997. En 2006, se sumó una condena por tenencia de armas de guerra.
Schäfer pasaría poco tiempo en prisión, pues el 24 de abril de 2010 fallecería a los 88 años en el hospital de la penitenciaria de Santiago.
A pesar de los horrores vivido, Colonia Dignidad sigue en pie, buscando darle un giro a su imagen, por lo cual decidieron cambiar su nombre por Villa Baviera que, principalmente, se dedica a mantener viva la cultura alemana.
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