La emoción de una fan de My Chemical Romance por conseguir entradas para la esperada gira de reunión de la banda se transformó rápidamente en decepción. En un video que se volvió viral en TikTok, la usuaria estadounidense @hrtbrkgrl compartió su experiencia al enfrentarse a los exorbitantes precios de reventa que, lamentablemente, se han convertido en algo habitual en Ticketmaster.
Después de esperar en una cola virtual durante una hora, la joven se encontró con una desagradable sorpresa: las entradas para el concierto de Chicago estaban siendo revendidas a un precio de más de 13.000 dólares.
“Estuve en la cola durante una hora para esto”, confesó la usuaria. “¿Qué demonios está pasando?”, se preguntó.
El clip, que ha superado las 450 mil reproducciones, ha generado una ola de comentarios en TikTok. La mayoría de usuarios expresó su enojo y exigieron que se tomen medidas para proteger a los consumidores de los altos precios exigidos por los revendedores.
“¿Eres nueva? Esto es así desde hace muchos años”, se lamentó un internauta. “Ahora bien, ¿por qué Ticketmaster permitiría que un revendedor cargue un precio de entrada tan alto?”, preguntó otro.
“Debe haber un período de espera de 24 horas para revender como MÍNIMO”, sugirió una tercera persona.
La polémica sobre los precios de reventa en Ticketmaster no es nueva
La situación vivida por @hrtbrkgrl no es un caso aislado. Los fans de otros artistas, como Sabrina Carpenter y Taylor Swift, también han sido víctimas de fraudes y precios inflados en Ticketmaster.
De hecho, el gobierno del Reino Unido anunció una investigación sobre la estrategia de precios dinámicos de la plataforma, después de que se produjeran problemas similares durante la venta de entradas para la gira de reunión de Oasis.
La banda, por su parte, culpó a los “promotores y representantes” por las decisiones en torno a la venta de entradas y los precios.
Mientras tanto, figuras como Robert Smith de The Cure han criticado a las bandas que aceptan el modelo de precios dinámicos, argumentando que es una práctica impulsada por la codicia y que solo perjudica a los fans.
A pesar de estas críticas, las plataformas de venta de entradas continúan utilizando este modelo, lo que genera una sensación de frustración entre los consumidores.