Un estudiante universitario de Inglaterra se propuso evitar que grandes cantidades de comida fresca fueran desechadas. De paso, ganó un millón de libras esterlinas (más de un millón doscientos mil dólares).
Con solo 21 años, James Eid creó Earth & Wheat, una empresa que se queda con todo lo que produce la panadería de su familia, pero que no puede ser comercializado debido a su aspecto “deforme”.
Ya sea porque la pieza es demasiado chica o grande, el joven tuvo la brillante idea de tomar estos productos y, en vez de dejarlos en la basura, como suele suceder, los puso en una caja y los ofreció por un costo menor. Además, incluye entrega a domicilio. En poco tiempo, su emprendimiento se convirtió en un rotundo éxito.
Posteriormente, comenzó a vender ‘galletas rotas’ veganas. La idea era la misma: reciclar las galletas que se rompen durante la producción y venderlas a un menor precio. De la misma manera, empezó a vender una caja de “verduras torcidas”, las cuales son desechadas por las granjas del Reino Unido.
En sus primeros tres meses, Earth & Wheat logró vender 10 mil cajas de alimentos frescos, señala el medio The Sun. James ha logrado salvar más de 500 toneladas de alimentos que iban a desperdiciarse.
Ahora, su empresa factura más de un millón de libras. Por otra parte, el joven ha donado más de 150 mil libras a organizaciones benéficas.
Cómo nació Earth & Wheat
El estudiante señala que la idea se le ocurrió durante uno de los encierros por la pandemia, luego de ver la gran cantidad de pan que tiraba el negocio de su familia porque algunos de sus productos no tenían la forma deseada.
Alrededor del 16 % de los desechos de alimentos se eliminan en el punto de producción, pero Earth & Wheat tiene como objetivo reducir esta cifra.
“Quería cambiar las percepciones de las personas sobre cómo vemos los alimentos como un todo por el bien de nuestro planeta, informando a las personas que la comida rara no es algo que debamos descartar o tirar. directamente a la basura. ¡Así nació Earth & Wheat!”, dijo James, que estudia administración de empresa en la Universidad de Lancaster.
“Sabe igual que la comida normal, solo que no tiene la forma perfecta y puede que no sea del tamaño exacto que estamos acostumbrados a ver en las tiendas, ¡pero sigue siendo fresco y tiene un sabor delicioso!”, agregó.