El asesinato de Lindy Sue Biechler, de Pensilvania, Estados Unidos, fue un misterio durante 46 años. A la joven (19 años) la encontraron muerta en su apartamento el 5 de diciembre de 1975 con 19 puñaladas, acostada boca arriba con un cuchillo que sobresalía de su cuello y con un paño de cocina envuelto alrededor del mango.
Durante todo este tiempo, nunca se supo quién había sido el autor del crimen; sin embargo, una nueva pista, hallada a inicios de este año, sirvió para que los investigadores pudieran acusar a un sujeto y arrestarlo, informó la CNN.
El cruel asesinato de Lindy Sue Biechler
Según la oficina del fiscal de distrito del condado de Lancaster, Lindy fue atacada hace 46 años tras llegar del supermercado. Las bolsas de compras habían sido dejadas en la mesa del comedor.
Aunque los detectives llevaron a cabo varias investigaciones con múltiples pistas, la mayoría terminaron siendo descartadas; no obstante, dieron con una prueba que lo cambió todo.
Los investigadores estuvieron vigilando de cerca a David Sinopoli, un sujeto de 68 años que a mediados de febrero tomó un avión en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia. En el sitio, dejó su ADN en una taza de café que usó y tiró a la basura antes de viajar.
“Este arresto marca el comienzo del proceso penal en el caso de homicidio sin resolver más antiguo del condado de Lancaster, y esperamos que brinde cierta sensación de alivio a los seres queridos de la víctima y a los miembros de la comunidad que durante los últimos 46 años no tuvieron respuestas”, expresó la fiscal de distrito Heather Adams en un comunicado de prensa.
David Sinopoli, sospechoso de cometer el crimen
Para entender cómo se llegó a detener a Sinopoli, es importante señalar que, en 1997, la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Lancaster presentó pruebas de la escena del crimen para un análisis de ADN. En aquel entonces, se extrajo una muestra de ADN masculino de la ropa interior de Biechler.
En 2000, la muestra se comparó con la base de datos estadounidense conocida como CODIS, la cual lograría determinar si había coincidencia con algún delincuente registrado; sin embargo, el análisis no arrojó ningún nombre. Por esos años, Sinopoli no figuraba en el sistema.
En 2019, la investigación volvió a resurgir luego de que la Unidad de Casos Abiertos del Fiscal de Distrito del Condado de Lancaster recibiera el apoyo de Parabon NanoLabs para analizar el ADN.
Así, se logró identificar a Sinopoli, quien se convirtió en un sospechoso, pero al no tener su ADN, fue necesario investigar más a fondo.
Debido a la ascendencia italiana del sujeto, se tuvo que analizar los patrones geográficos y de inmigración, así como los apellidos asociados. De esta forma, se determinó que la persona vinculada al ADN tenía vínculos con una ciudad ubicada en la zona sur de Italia.
“Había muy pocas personas que vivían en Lancaster en el momento del crimen que tenían la edad y el género correctos y tenían un árbol genealógico consistente con estos orígenes, por lo que esto me permitió priorizar candidatos cuya descendencia se determinó que era exclusivamente de familias con orígenes en Gasperina”, explicó CeCe Moore, investigadora de Parabon NanoLabs.
Llegada a esta conclusión, Sinopoli empezó a ser vigilado y, cuando en febrero lograron obtener su ADN tomando la taza de café que botó a la basura, se logró confirmar que las muestras coincidían.
“Lindy Sue Biechler estuvo en la mente de muchos a lo largo de los años. Ciertamente, la policía nunca se olvidó de Lindy Sue, y este arresto marca el primer paso para obtener justicia para ella y responsabilizar a su asesino”, dijo la fiscal del distrito.