En Chicago, Estados Unidos, se difundió una triste historia a pocos días de finalizar el año 2019. Este es el caso del pequeño Staley, un niño de siete años que en repetidas ocasiones le pedía a su madre nunca más volver a la escuela. Lo que le ocurrió al niño se publicó en YouTube y ahora es viral.
Staley Sandy Ester iba a sus clases sin problema alguno, hasta que de un momento a otro se negó a asistir. Él siempre llegaba a casa asustado y afirmando que en la escuela ocurrían cosas raras.
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El menor diagnosticado con trastorno de déficit de atención con hiperactividad, asistía a la escuela Gages Lakes porque precisamente este colegio era especializado en educar a chicos con dificultades emociones y de conducta.
Con la finalidad de conocer qué es lo que realmente pasaba con su hijo, la madre del menor contrató a un investigación privada que fue publicada por el diario local Chicago Tribune junto a ProPublica, una agencia de periodismo de investigación independiente.
Se pudo conocer la terrible realidad que vivían decenas de niños en la escuela Gages Lakes: “usan con frecuencia el aislamiento”, con alumnos que cursan el jardín de niños hasta el quinto grado. Sin que sus padres se enterarán, los menores eran encerrados en estos lugares de aislamiento para hacerlos “reflexionar”.
“Se ve al niño tratando de salir de la sala mientras una asistente escolar, sentada en una silla con ruedas, bloquea la entrada. En un momento la asistente agarra de la muñeca a Staley y lo empuja contra la pared. Él se enoja cada vez más y la patea. Entonces ella se levanta, lo alcanza, le quita un pedazo de papel doblado de la mano y lo empuja contra otra pared”, así se puede ver en el video que la familia del pequeño compartió y que fue materia de investigación periodística.
La investigación llevó a las autoridades de Illinois a abrir 21 investigaciones “sobre abusos en una escuela que puso en aislamiento a los estudiantes más de 1.700 veces el año escolar” y además señalaron que al menos 8 menores, entre ellos Staley, podrían haber sufrido abusos.
Los asistentes escolares Nicholas Izquierdo y Jennifer Aguirre renunciaron al colegio Gages Lake al enterarse de que la Fiscalía los investigaba por el uso de la fuerza excesiva con los estudiantes. Incluso, Aguirre se suicidó al no soportar que había una investigación en su contra, indica ProPublica.
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