El golfista olímpico estadounidense Xander Schauffele en su participación en París 2024. (AFP)
El golfista olímpico estadounidense Xander Schauffele en su participación en París 2024. (AFP)
Oscar Guerrero Tello

La escena del golf olímpico en París 2024 ha estado marcada por desafíos inesperados para los competidores. Entre ellos, Xander Schauffele de Estados Unidos, ha estado sobresaliendo con una destacada actuación. Sin embargo, ni siquiera el talento y la preparación pueden prepararte para todo en el campo de golf. En esta ocasión, el obstáculo que detuvo momentáneamente a Schauffele no fue ni un búnker ni un obstáculo de agua, sino algo mucho más pequeño pero igualmente imprevisto.

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El desafío ocurrió en el hoyo 13 del campo de Le Golf National, un par cuatro que, en apariencia, no presentaba mayores dificultades. Schauffele, que había estado jugando a un nivel impresionante, encontró su bola desviada a la gruesa vegetación del rough izquierdo. La noticia inicial parecía ser que había cometido un tiro poco afortunado, algo que no había sido una constante en su desempeño hasta ese momento. Pero cuando se acercó a la bola y se inclinó para observar, pronto exclamó: “¿Puedo pedir un oficial?”.

Un pequeño obstáculo con grandes implicaciones

Lo que en un primer momento podría parecer un contratiempo menor resultó ser un obstáculo muy peculiar: un gran hormiguero. La sorpresa de Schauffele no era infundada. Las hormigas habían construido un elaborado sistema de túneles y montículos justo en el lugar donde él debía realizar su tiro. “Era un hormiguero, o como quieran llamarlo, en su hogar”, comentó Schauffele. “Así que no quise interferir demasiado. No lo he visto nunca”.

El problema con el hormiguero es que, a pesar de que podría parecer una molestia significativa, el reglamento del golf lo considera un “impedimento suelto”, similar a una ramita o una hoja. Esto significa que no se concedió un alivio oficial para Schauffele. A pesar de recibir la posibilidad de usar una tee para intentar limpiar el área alrededor de la bola, el resultado no fue el esperado. Finalmente, Schauffele tuvo que conformarse con un chip que lo dejó a unos 50 yardas del fairway, lo que contribuyó a su segundo bogey del recorrido y solo su tercer bogey en 36 hoyos hasta ese momento en los Juegos Olímpicos.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.