A diario muchas personas en diferentes partes del mundo desaparecen. En muchas ocasiones el desenlace es muy triste; sin embargo, ante una larga agonía los familiares se pueden reencontrar y evitar que esto nunca más vuelva a pasar. La siguiente historia ocurrió en China, donde una madre tuvo un conmovedor reencuentro con su hijo tras 33 años de haber sido secuestrado.
Una nefasta “tradición”
Cuando tenía tan solo 4 años, Li Jingwei tuvo el infortunio de ser secuestrado allá por 1988 cuando vivía en Yunnan, provincia china ubicada al suroeste del país asiático, para ser traslado a casi 200 kilómetros de distancia, donde fue vendido a otra familia.
Es importante saber que en China (y aún en otros países del mundo) persisten aún “tradiciones”, sobre todo en el ámbito rural, donde no son infrecuentes los secuestros de menores de edad, para ser vendidos a otras familias.
No recordaba su nombre ni el de sus padres
Li confesó que nunca olvidó sus orígenes, pero aclara que no podía recordar su nombre original, tampoco el de sus padres, ni el de su pueblo de procedencia, pero se mantenían en su memoria escenas como los bosques de bambú, los campos de arroz, los caminos serpenteantes.
Sin embargo, recuerda que dibujaba el mapa de su pueblo de origen, que era una de las pocas cosas que le daban consuelo en sus momentos de soledad y nostalgia.
Buscando ayuda
Sin embargo, resignado a que no volvería a ver a su familia, Li continuaría con su vida, al punto que formó su propio hogar, pero, una luz de esperanza surgió en su corazón cuando vio que tanto la policía, las redes sociales, los medios de comunicación chinos habían dado ayuda a diversas personas para encontrar a aquellos seres queridos que se habían perdido desde hace varios años, logrando reunirlos.
Conociendo esto, decidió probar suerte, por lo que tras contactar con estas personas y entidades no tuvo mejor idea que dibujar, una vez más, el mapa de su pueblo natal donde vivía su familia biológica.
En un video, Li comentó: “Han pasado tantos años que no sé si alguien de mi familia me está buscando (…) Quiero poder volver a ver a mis padres mientras todavía están aquí”, dijo muy emocionado.
“Finalmente encontré a mi bebé”
El mapa pronto llegó a las redes sociales como Facebook y hasta intervino el Ministerio de Seguridad Pública chino y pasado el tiempo dieron con una mujer de la ciudad de Zhaotong quien aseguraba haber perdido a un hijo varón en el mismo periodo en que nuestro protagonista fue secuestrado.
Al conocerse esto, se hizo el ADN respectivo que confirmó, efectivamente, que se trataba de su madre biológica, por lo que, más pronto que tarde, realizaron una videollamada, donde el hombre de más de 30 años, al instante, reconoció a su progenitora: “Mi madre y yo tenemos los mismos labios, incluso mis dientes”.
Pocos días después se encontrarían en la comisaría de Henan, momento que fue captado el video, el cual fue sumamente conmovedor, donde ambos se abrazaron de forma sentida, llorando de forma espontánea, conmoviendo a todos mientras son rodeados por sus familiares; “Finalmente encontré a mi bebé”, se le escucha decir feliz a la madre de Li entre sollozos.
Una vez que se llevara a cabo el reencuentro de madre e hijo, agradecieron a los usuarios de las redes sociales, así como a las autoridades chinas quienes fueron los cómplices en esta emotiva historia que tuvo su desenlace feliz tras 33 años de nostalgia, pena y dolor.