Los misteriosos sonidos de golpes que se escucharon en el fondo del Océano Atlántico, y que dieron falsas esperanzas de que el sumergible Titán y sus ocupantes podrían ser rescatados, fueron revelados en un nuevo e inquietante clip. Como recordarás, el submarino perdió contacto con su nave nodriza durante un viaje a los restos del Titanic, por lo que se inició una carrera contra el tiempo para rescatar a los tripulantes a mediados de junio del año pasado.
Tras dos días de espera y mucha tensión, surgieron informes de que se detectaron ruidos de golpes en intervalos de 30 minutos desde las profundidades del océano. Estos sonidos, que se asemejaban al sonido de una persona golpeando metal, generaron esperanzas de un posible superviviente enviando un mensaje, aunque luego se determinó que no podrían ser los pasajeros, quienes murieron instantáneamente en la catastrófica implosión del submarino dos horas después de su viaje.
Reproducido por primera vez en un nuevo documental del canal británico Channel 5, llamado “The Titan Sub Disaster: Minute by Minute” (El desastre del submarino Titán: minuto a minuto), el sonido tiene un ritmo regular y constante que llamó la atención de los expertos, haciendo creer a los rescatistas que se trató de un pasajero intentando emitir señales de SOS.
“Podría ser alguien llamando a la puerta, la simetría entre esos golpes es muy inusual”, dice en el documental el ex capitán de submarino de la Armada Ryan Ramsey. “Es rítmico, es como si alguien estuviera haciendo ese sonido, y el hecho de que se repita es realmente inusual”, añade.
A pesar de la simetría del ruido, no se ha podido determinar su origen ya que podría haber sido causado por diversas razones, como el océano o barcos en la zona. Aunque muchos especularon que los golpes podrían provenir de los pasajeros del Titán, los restos del submarino fueron encontrados a 1.600 pies de la proa del naufragio del Titanic, lo que desvaneció toda esperanza de un rescate exitoso.
El audio del Titán publicado en documental de Channel 5
Tras la desaparición del sumergible el pasado 18 de junio, la Guardia Costera anunció que se habían localizado “presuntos restos humanos” entre los restos del submarino, confirmando la tragedia.
Los investigadores creen que el Titán implosionó a una profundidad de alrededor de 12.000 pies bajo el mar, apenas 1 hora y 45 minutos después de su inmersión, lo que resultó en la muerte instantánea de todos a bordo. La enorme presión del agua había matado a todos los que estaban a bordo, probablemente en cuestión de milisegundos.
Las cinco víctimas incluyeron a Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, Paul-Henri Nargeolet, experto francés en el Titanic, Hamish Harding, multimillonario británico, Shahzada Dawood, empresario paquistaní, y su hijo Sulaiman Dawood.
Al día de hoy, las autoridades continúan realizando investigaciones sobre el incidente, centrándose en las preocupaciones de seguridad y las acciones del piloto del submarino, Stockton Rush, antes de una audiencia pública programada sobre el caso.
Empresario que estuvo en el sumergible Titán describió su experiencia como “una misión suicida”
Durante los días en los que se llevaban a cabo los trabajos para encontrar al submarino que exploraba los restos del Titanic, se dieron a conocer relatos de personas que tuvieron la oportunidad de estar dentro de Titán.
Por aquella época, un empresario alemán, llamado Arthur Loibl, se animó a compartir detalles del viaje y describió su experiencia criticando la poca seguridad de la nave. “Tuve una suerte increíble en ese entonces”, señaló.
“¡Fue una misión suicida en ese entonces!”, exclamó, al recordar cómo fue su viaje al abismo. “El primer submarino no funcionó, entonces hubo que abandonar una inmersión a 1.600 metros”.
Loibl explicó que, además, la salida de la nave se retrasó cinco horas debido a problemas eléctricos, los cuales serían los culpables de la situación del sumergible.
Y no solo eso, pues justo antes del viaje, el soporte del tubo de estabilización, que equilibra al submarino, se rompió y tuvo que ser “reconectado con bridas”.
A todo esto hay que sumarle que las condiciones dentro del sumergible no son las más tranquilizadoras. “Se necesitan nervios fuertes, no hay que ser claustrofóbico y hay que poder sentarse con las piernas cruzadas durante diez horas”, agregó el hombre.
Licenciado en periodismo en la Universidad de San Martín de Porres. Cuatro años de experiencia generando contenido de actualidad, cultural y tendencias para medios de comunicación de alcance masivo. Actualmente se desempeña como redactor en el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.