Gareth Holliday es un padre de familia de la ciudad inglesa de Worthing, Reino Unido, con 11 hijos que no puede encontrar una casa para alquilar antes de la Navidad para conocer a su bebé recién nacido porque los propietarios de los inmuebles disponibles para rentar se sienten incómodos con sus tatuajes faciales. Esta es la historia de su implacable búsqueda inmobiliaria.
El hombre de 44 años asegura que ha estado buscando durante meses una vivienda para él y sus peculiares mascotas (un cocodrilo enano africano hembra de 1.21 metros de nombre Missy y una serpiente de más de 3 metros de largo, ambos con “buenos modales”) después que su matrimonio de ocho años llegar a su fin a comienzos del 2021.
Sin embargo, ninguno de los más de 20 agentes de bienes raíces que consultó ha podido ayudarlo a la fecha y ha pasado varias noches en los sofás de sus amigos. Holliday cree que tanto su imagen como sus animales han impedido que se convierta en el inquilino de alguien, pese a que se describe como “una persona relajada, tranquila”.
Consultados sobre el hecho, los concejos ediles de los distritos de Adur y Worthing señalaron que la “apariencia física” no figura en su criterio para los postulantes a alojamiento y que se han puesto en contacto con Gareth Holliday, a quien previamente habían ubicado en el Hotel Wardley de la localidad de Hove.
La razón para buscar una casa en alquiler
Holliday, quien es un drogadicto rehabilitado quien lleva tres años sin recaídas, aseguró que abandonó el hospedaje en el que lo pusieron por consejo de su doctor, ya que no era un ambiente adecuado para él debido a que “otras personas allí le causaban angustia a través de sus hábitos”, reportó el portal LAD Bible citando la historia originalmente publicada en el portal The Argus.
Asimismo, el otrora limpiador de escenas del crimen –quien actualmente se encuentra desempleado – reveló que el microondas que le proporcionaron para cocinar sus alimentos no era lo ideal para él debido a la diabetes tipo 1 que padece y mantiene su postura de que sus tatuajes son la principal causa que impide que pueda hallar un nuevo hogar.
“Amo mis tatuajes, no me los hubiera hecho sino me gustaran. Pero siento que me están discriminando por ellos. Ellos no me conocen. He pasado por muchas tonterías, pero desde que estoy con mi nueva pareja, Claire, desde hace un par de meses, ha cambiado mi forma de vida, es solo lo de la vivienda lo que me está volviendo loco”, precisó.
“Quiero un lugar que pueda llamar hogar y no tener que preocuparme por dónde dormiré la noche siguiente. Tengo un buen grupo de amigos a los que puedo preguntarles si me permiten dormir en su casa esta noche, pero todo lo que quiero es estar en la mía”, remarcó Holliday.
“He hecho cosas locas en el pasado, pero todo lo que quiero hacer ahora es relajarme y disfrutar de la vida”, añadió el atribulado hombre, quien hace poco aplicó a una solicitud de desamparo tras el final de su matrimonio, pero las autoridades locales se la rechazaron debido a que no se encontraba bajo amenaza de “violencia doméstica o abuso”.
Lo quiere para su futuro
Si bien puede permanecer legalmente en el hogar en Worthing que compartía con su anterior pareja, Gareth Holliday señala que aquello no es una opción para él por lo que le gustaría tener un lugar donde sus “pequeñines” pudieran quedarse el fin de semana. “No quiero nada espectacular, incluso un sitio con una habitación y yo dormiría en un rincón”, manifestó, aunque lo que él desea es un apartamento con dos habitaciones.
“He hecho todo lo que me han pedido. Es algo de nunca acabar. He tratado con 20, quizás 30 agentes de bienes raíces diferentes y me dicen que no hay nada disponible, o si salgo a mirar por mi cuenta, me ponen en lista de espera o tienen que hablar primer con el propietario”, sentenció el padre de familia, quien espera que su situación se revierta antes de la llegada de la Navidad y tener un lugar para pasarla con sus hijos.
Prejuicios hacia los tatuajes
Los tatuajes son una forma de expresión corporal para muchas personas en el mundo. Sin embargo, existe un rechazo por parte de la sociedad a este tipo de arte. Es así, que las personas que se tatúa, muchas veces necesitan cubrirlos durante entrevistas de trabajo, solicitud de un préstamo o atender a un cliente.