En una relación sentimental siempre aparecen los desacuerdos, que pueden provocar hasta una ruptura. Sin embargo, una pareja de Estados Unidos llamó la atención en las redes sociales y se hizo viral al asegurar que no se ha peleado en más de 30 años de matrimonio.
Hannah y Blair Keeley cumplieron más de tres décadas juntos. En este contexto, los residentes de Virginia decidieron contar su historia de amor al mundo. Según contaron, ellos se conocieron durante su primer año de universidad en 1986.
A pesar de que se vieron obligados a mantener una relación a distancia, el vínculo no se rompió y acabaron dándose el “sí, quiero” en diciembre de 1991. Pasaron los años y tuvieron siete hijos, pero bajo el estrés de ser padres trabajadores no vieron la necesidad de levantar la voz.
En ese sentido, Hannah, profesora, y Blair, especializado en marketing, confesaron que nunca han discutido. “No se gana ni se pierde en una discusión. Un argumento está ahí para exponer algo. Si recurres a pelear, ambos habréis perdido”, expresaron los Keeleys al portal Fox News Digital.
La clave de su relación exitosa
Hannah y Blair Keeley ven su unión como una “asociación de poder” y en lugar de tener conflictos, intentan “luchar desde el mismo lado”. Aunque la pareja precisó que sí se ha enfadado de vez en cuando, considera que “la ira es una falta de comunicación”. Por ello, buscan conversar antes de acostarse enojados.
“Decidimos desde el principio que nuestro matrimonio era lo suficientemente importante como para desarrollar las habilidades de comunicación. Nuestros padres tienen relaciones saludables desde hace mucho tiempo, (así que) aprendimos qué hacer y qué no hacer, observándolos”, explicó la pareja.
Los consejos para una relación feliz y estable
Ahora, Hannah y Blair Keeley emprendieron un nuevo camino que consiste en ayudar a otras relaciones. Ante esta situación, la pareja compartió siete claves generales para lograr un matrimonio sin peleas: compartir sentimientos y emociones, desafiarse para crecer, leer el lenguaje corporal, no irse a dormir enojado, evitar la palabra “deberías”, comunicarse constantemente, y no ‘sabotear’ algo si es bueno.