De color amarillo y consistencia espesa, el ponche de huevo es una de las bebidas más típicas de la Navidad americana, en especial en México.
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Su origen está en Europa y en la Edad Media. Se llamaba posset y se usaba como un reconstituyente con leche caliente y vino. Con el paso del tiempo se agregaron otros ingredientes para hacerlo más nutritivo, así como cereales y especias.
El ponche de huevo se disfruta en el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos y no puede faltar en las típicas posadas navideñas en México. Prepararlo es muy sencillo y aquí te dejamos una receta para que no falte en la mesa a la hora de la cena del 24 de diciembre.
Ingredientes:
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- 1 docena de huevos
- 700 mililitros de nata espesa para montar
- 1 litro de leche
- 2 copitas de whisky o ron añejo
- 300 gramos de azúcar granulado
- 1 clavo de olor
- 1 pizca de nuez moscada recién molida
- Canela en polvo para decorar
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Preparación:
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- Separar las yemas y las claras de los huevos y montar estas últimas hasta que espumen.
- Añadir la mitad del azúcar granulado y seguir batiendo, hasta que comience a formar picos.
- Incorporar a las yemas de huevo el resto del azúcar y batir hasta que ambos ingredientes queden perfectamente integrados. Añadir muy despacio las yemas batidas a las claras montadas.
- Echar la bebida alcohólica con mucha suavidad para mantener el punto cremoso.
- En una olla calentar la leche con la nata y las especias, sin que llegue a hervir. Luego poner la mezcla de huevo y remover con suavidad. Dejar que los huevos también se cocinen, a fuego muy bajo.
- Probamos el ponche de huevo y rectificar de alcohol si fuese necesario. Servir la bebida coronada por un poco de nata montada y decorada con canela en polvo.
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FICHA:
Dificultad: baja
Tiempo: 20 M
Porciones: 4
¿Cómo ahorrar dinero al cocinar?
Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.