La gelatina de leche condensada es ideal como postre o para la merienda. (Foto: alexramos10 / Pixabay)
La gelatina de leche condensada es ideal como postre o para la merienda. (Foto: alexramos10 / Pixabay)
Redacción Mag

Cuando tienes ganas de un postre rico y sencillo, la gelatina es una gran aliada para saciar el antojo, además que es muy fácil de preparar. Esta delicia que se caracteriza por su frescura es amada por grandes y chicos y tiene diversas variantes, pues se le puede agregar más ingredientes como la para darle otra consistencia.

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Una de las opciones es la gelatina de leche condensada, una rápida que te explicamos cómo hacer paso a paso.

Ingredientes:

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  • 400 gramos de leche condensada
  • 5 tazas de leche entera
  • 2 cucharaditas de esencia de vainilla
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 rama de canela
  • 40 gramos de gelatina neutra en polvo
  • 1 taza y media de leche fría (para hidratar la gelatina)

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Preparación:

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  1. Engrasar un molde desmontable o recipientes individuales (de cristal o silicona) con un poco de aceite en spray o mantequilla. Esto ayudará a desmoldar la gelatina sin que se pegue ninguna parte.
  2. En un recipiente verter la leche fría y la gelatina en polvo sin sabor poco a poco y con la ayuda de una espátula anda removiendo para evitar que se formen grumos. Deja reposar.
  3. En una olla verter la leche entera, vainilla, azúcar y rama de canela. Poner a fuego lento durante 20 o 30 minutos hasta que hierva. Remover constantemente con una cuchara de madera.
  4. Luego que haya hervido incorporar la leche condensada. Remover rápidamente para que no se pegue al fondo de la olla.
  5. Retirar la canela y apagar el fuego. Agrega la gelatina hidratada que reservaste al inicio.
  6. Remueve hasta que la mezcla quede sin grumos y espera a que se enfríe a temperatura ambiente.
  7. En un bowl o recipiente con un colador encima vierte la mezcla. Una vez colada la preparación ponla en el molde engrasado y lleva a la nevera por 4 horas como mínimo.
  8. Luego procede a desmoldar la gelatina de leche condensada. Puedes decorarla con fruta fresca como mango, papaya o fresas. También es válido ponerle sirope o chocolate derretido.

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FICHA:

Dificultad: Fácil

Tiempo: 45 M

Porciones: 8

Trucos de cocina que te ayudarán a ahorrar

Muchas veces ahorrar es mucho más fácil de lo que creemos. La clave es comprar bien y barato, planificar lo que se hará en la cocina y no desechar nada. Recurrir a alimentos económicos y sanos como las verduras y preparar en cantidad, siempre pensando en nuestro presupuesto de guerra.

Evita las verduras ya cortadas

Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.

Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos

Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.

¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)
¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)

Haz caldos

No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.

Busca productos de temporada

El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.

Cortes de carne más baratos

Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.

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