A la hora de alimentarlos, muchos dueños eligen solo darle comida balanceada, mientras que otros optan por la comida casera y es aquí donde el pollo es la estrella y el más amado por cachorros y adultos. Es una carne sana para los perros, siempre que no haya huesos y trozos de grasa grandes. El Dr. Michel Cardona, médico veterinario de Gabrica, brinda consejos para cuidarlos.
Muchos de los alimentos comerciales conocidos como croquetas tienen al pollo como primera fuente de proteína. Los dueños deben revisar las etiquetas y ver en los ingredientes si lleva pollo, carne de pollo o carne de pollo separada mecánicamente. Estas son las mejores y no las que dicen harina de pollo porque no se sabe qué parte del animal se usó para hacerla. "Hay que tener cuidado con los colorantes artificiales, saborizantes o aditivos pues estos ingredientes ocasionan alergia. La incidencia de alergia por consumo de pollo es menos del 1% en perros", precisó el especialista.
La carne de pollo procedente de los muslos o pechuga es la mejor para cualquier perro. Sin huesos obviamente. La carne blanca aporta una gran cantidad de proteínas de muy alta calidad y es baja en grasa. Lo mejor es quitar la piel o pellejo.
"Algunas de las mascotas no están acostumbradas a comer hueso y no saben cómo masticar y triturar bien. Se los pueden tragar enteros y causar perforaciones en el esófago, estómago, intestino u obstrucciones. Además, desgastan sus dientes. Si se le quiere dar las patas de pollo, hay que cocinarlas muy bien para que queden blanditas y las puedan masticar con facilidad", apunta el especialista.
Aunque los perros se consideran animales omnívoros y pueden comer de todo, la mayoría no está acostumbrado a comer pollo crudo y esto les puede ocasionar una indiscreción alimentaria con vómitos, diarrea o correr el riesgo de contaminarse con bacterias muy graves o parásitos. En humanos y mascotas se recomienda el consumo del pollo bien cocinado y si es trozado mucho mejor, así evitamos que se pueda atorar.
El hígado o riñones se pueden usar para preparar una sopa y convertirse en una buena fuente de alimentación y "suplementarla con carbohidratos y minerales, porque por sí solas no tienen la cantidad suficiente de nutrientes para todo lo que necesita una mascota". Hay que cocinarlas muy bien y no sofreír en aceite, porque aumenta el índice de grasa y posibilidad de subir de peso.
La dieta de los humanos no se debe replicar en las mascotas, pues producimos desbalances en ellas. "Los veterinarios no recomendamos comida casera como única fuente de alimentación para las mascotas, salvo por un tema médico. Es importante evitar condimentos, grasas y fritos y tratar de balancear esta fuente de proteína con carbohidratos y minerales. Hay que tener cuidado con lo que se les da para no producir obesidad, diabetes, problemas de hígado o dermatológicos", agrega el Dr. Michel Cardona
No hay ningún problema en que tu mascota almuerce y cene pollo, pero al igual que lo humanos prefieren la variedad. Puedes darle también carne de res, huevo duro y evitar pescados enlatados como la sardina en salsa de tomate, que causan alergias en la piel.