La obesidad y el sobrepeso podrían provocar cuadros más graves de coronavirus. (AFP)
La obesidad y el sobrepeso podrían provocar cuadros más graves de coronavirus. (AFP)
Redacción Mag

Según se va conociendo mejor el impacto que tiene el en los grupos de riesgo, cada vez más pistas apuntan a que las personas con y especialmente aquellos con tienen una mayor probabilidad de sufrir complicaciones en el caso se contagien con el .

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos.

De ahí que, en algunos hospitales de España, hoy uno de los epicentros de la pandemia, se preste mayor atención a los hombres con obesidad que dan positivo por coronavirus, como deja entrever un protocolo de actuación distribuido entre los médicos del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

“La obesidad es una observación clínica que muchos médicos vemos que se relaciona con un peor pronóstico en personas que dieron positivo por el COVID-19”, explica Miguel Juan García González en declaraciones al medio español 20 minutos, gastroenterólogo en el Ramón y Cajal de Madrid.

En EEUU se realizan pruebas del coronavirus sin bajarse del auto. (Foto: AFP)
En EEUU se realizan pruebas del coronavirus sin bajarse del auto. (Foto: AFP)

PRIMERAS INVESTIGACIONES

Una de las primeras investigaciones sobre esta relación, llevada a cabo por un equipo médico de China sobre casos de coronavirus en Wuhan, concluyó que “un mayor índice de masa corporal [la relación entre la masa y la altura de una persona] es más frecuente en pacientes críticos y no sobrevivientes.

En concreto su análisis a 112 pacientes detectó que el 85% de quienes fallecieron por culpa de la enfermedad (17 personas) tenía un índice de masa corporal superior a 25kg/m² (umbral frecuentemente aceptado de sobrepeso) y que de los que sobrevivieron, solo el 18,95% superaba esa cifra.

“Sabemos que las personas que soportan un peso excesivo tienen un mayor riesgo de ver comprometida su función pulmonar, explica difundido por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO por sus siglas en inglés).

El texto, escrito por la doctora Sue Pedersen, especialista canadiense en Endocrinología , recuerda que “muchas personas con obesidad también tienen uno o varios factores de riesgo como diabetes o la tensión sanguínea alta”. Pedersen recuerda que ya se demostró que durante la pandemia de gripe A de 2009 que la obesidad era también un factor de riesgo importante para obtener un peor pronóstico.

La Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) sostiene que para la población con obesidad es “de la mayor importancia” evitar infectarse. En ese sentido apunta también El Center for Disease Control de EE.UU. (CDC) , que incluye entre los grupos de riesgo del COVID-19 a “gente de cualquier edad con obesidad grave”.

Nueva York es el epicentro del coronavirus en Estados Unidos. (EFE/EPA/Peter Foley).
Nueva York es el epicentro del coronavirus en Estados Unidos. (EFE/EPA/Peter Foley).

MÁS OBESOS EN UCI

También apuntan en esa línea los datos de pacientes críticos observados en el NHS, el sistema de salud del Reino Unido. Según realizado en el sistema de cuidados intensivos del país, de los 196 ingresados en cuidado intensivos británicos registrados hasta el 19 de marzo el 71,7% de los pacientes (127) tenían un IMC superior a 25kg/m² y el 32,8% estaba en rangos de obesidad mórbida.

¿CÓMO REDUCIR EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD?

El sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse en su mayoría. Son fundamentales unos entornos y comunidades favorables que permitan influir en las elecciones de las personas, de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica.

En el plano individual, las personas pueden optar por:

  • limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y de azúcares;
  • aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos; y
  • realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos).

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