El humo de los incendios forestales en los bosques de Alberta y Columbia Británica en Canadá llegó a Estados Unidos. Varios estados de la costa este emitieron alertas de calidad del aire esta semana, desde Michigan hasta Carolina del Sur y que van desde niveles de preocupación insalubres a peligrosos. Pero, ¿Cómo proteger a los niños de esto? Aquí en Mag recopilamos las sugerencias y recomendaciones de las autoridades sanitarias de EE.UU.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los niños son el grupo con el mayor riesgo de efectos graves para la salud del humo y las cenizas que desprenden los incendios forestales, especialmente aquellos con asma, alergias o cualquier otra enfermedad crónica.
Según la Agencia de Protección Ambiental, la contaminación por humo de los incendios forestales conlleva un tipo específico de peligro para la salud llamado partículas finas o PM2.5.
Estas partículas microscópicas son más peligrosas para la salud humana en comparación con otros tipos de contaminación del aire porque son lo suficientemente pequeñas como para entrar por los ojos, la nariz y la garganta y viajar hasta las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones, e incluso pueden entrar en el torrente sanguíneo. Cuando esto sucede, tanto la salud del corazón como la de los pulmones pueden estar en riesgo.
HUMO DE INCENDIOS FORESTALES Y NIÑOS
Según explican los CDC, los niños son más vulnerables al humo de los incendios forestales porque aún se están desarrollando, respiran más aire por libra de peso corporal y tienden a pasar más tiempo al aire libre.
Los niños que nacieron prematuramente o tienen problemas de salud subyacentes como asma, alergias, problemas cardíacos u otros problemas pulmonares pueden necesitar tomar precauciones adicionales cuando se encuentran bajo estas alertas de calidad del aire.
Los niños expuestos al humo de los incendios forestales pueden experimentar síntomas que incluyen irritación de los ojos o la garganta, tos, estornudos, dificultad para respirar, dolores de cabeza, ataques de asma y fatiga.
Esto es lo que los CDC dicen que los padres pueden hacer para mantener seguros a sus hijos:
- Presta atención a las alertas de calidad del aire y minimiza el tiempo que los niños pasan al aire libre cuando los niveles de preocupación son “no saludables para grupos sensibles” o más.
- Cuando estés dentro de una casa o un automóvil, todas las ventanas y puertas deben estar cerradas hacia el exterior. Si es posible, el acondicionador de aire debe estar encendido pero cerrado al aire fresco. Las familias deben usar un purificador de aire en el interior si es posible.
- Deben evitarse actividades que puedan empeorar la contaminación del aire en el interior, como freír alimentos, usar una estufa de gas, encender velas, pasar la aspiradora o fumar.
Si bien el uso de máscaras KN95 no se ha probado rigurosamente en niños, los CDC no las recomiendan para uso pediátrico para proteger contra el humo de los incendios forestales.
Los padres deben monitorear a los niños en busca de síntomas nuevos o que empeoren y buscar atención médica si algún menor tiene dificultad para respirar, tos persistente u otros síntomas que empeoran, y deben llamar al 911 para cualquier emergencia de salud, según los CDC.
Para contactarse con los CDC puede hacerlo a través de los números 800-CDC-INFO, 800-232-4636 y TTY 888-232-6348 en horario de oficina de lunes a viernes de 8 am - 8 pm ET. Inglés y español disponibles.